Interrogatorio, luego de todo lo que hemos visto en el capítulo anterior y los demás, antes se hablaba de la sangre, si había sido plantada o no, ahora se habla de si realmente se dijo lo que dicen que se dijo; luego de hablar de lo que Brendan declaró, sale a la luz la declaración previa de una de sus primas Kayla, quien aseguró que el muchacho les dijo que se había portado mal y que eso, lo que habían hecho le provocó tal malestar que bajó de peso y estaba siempre culpable, o eso pensó ella. Durante el juicio de Brendan, quizá lo más increíble es que todo parece ir muchísimo más tranquilo, como si realmente no fuera gran cosa, de hecho se omiten cosas realmente importantes, no se mira a lo que Brendan dice, no se hace encuadra a cómo el chico dice que está confundido, que entraron en su mente, pero el jurado no lo ve, porque ni los abogados ni la fiscalía lo piden.
Cuando se le señala a los oficiales que orillaron a Brendan a decir ciertas cosas, no lo admiten, parecen no haberlo notado, mucho menos notan que mienten cuando dicen que la madre no quiso ir al interrogatorio; acá no es la sangre que salió de la nada o la que no existe, acá es el interrogatorio excesivo, el interrogatorio orientado, el forzar a decir cosas. Mientras por un lado la defensa habla de la veracidad de las declaraciones de Brendan, también se presentan las declaraciones de la prima de éste, una chica que llora en el estrado mientras le preguntan cosas; cuando se habla de que la chica vio restos en el fuego, cuando se habla de que esta adolescente contribuye a proteger a la familia, es cuando uno realmente no sabe qué pensar y la cosa se va poniendo no sólo más interesante, sino hasta cada vez más escalofriante.