Citando: Salinger a propósito de la madurez

Si se trata de madurez, tenemos mucho que discutir, ¿qué hace a una persona "madura"?; podrían ser sus acciones, su disposición frente a la vida, lo que cree o lo que piensa. Quizá la forma como actúa frente a determinadas situaciones, porque depende mucho de sus acciones el definirse o redefinirse como maduro; hablar de madurar es pues una medición del actuar de alguien en el mundo, y de cómo enfrenta las situaciones que se aparecen en su vida.

La postura que tomas hacia determinadas ideas, cómo enfrentas lo que te ocurre o tus opiniones frente a la vida, te definen maduro; hace unos días veía en televisión el caso de un adolescente al enfrentarse a algo desconocido, a una condición humana que no le era familiar, un joven que nunca había visto a una persona transgénero y que al enfrentarla, la encuentra ajena e intimidante.

Mentadas: Deportistas de alto "rendimiento"

El cuerpo es el cuerpo.

Te exige calor, te exige alimento, diversión, a veces el cuerpo pasa por procesos complicados que nos exigen descanso, paz, aislamiento... en curiosas ocasiones, también exige algo de dolor, presión, esfuerzo y sí, hasta cansancio... 

El cuerpo pide que le consientan y pide que le apapachen... el problema, es que a veces el cuerpo de algunas personas está tan acostumbrado al alto rendimiento, que necesita ese mismo máximo desgaste en otros aspectos, como por ejemplo el sexo; y sí, hay quienes necesitan sexo todo el tiempo, como forma de relajación, inspiración, consuelo... ánimo. Pero aquí entra la frase muy bien dicha por mi madre, consejo de siempre, experimentado y frecuente de, de hecho, muchas madres en todo el mundo:

Todo tiene su momento y todo tiene su lugar

Imagínense el fiasco de cientos de seguidores de la comitiva olímpica brasileña de Río 2016, de los entrenadores, de los mismos competidores, cuando se enteraron un día por la mañana que la clavadista Ingrid Oliveira había sido expulsada de la Villa Olímpica ni nada más ni nada menos que por tener relaciones con su compañero de comitiva el remero Pedro Gonçalves... ¡¡Escándalo!!; yo soy muy ignorante en cuanto a deporte, tan es así que no realizo uno con regularidad desde... pues desde que tenía por ahí de 16 o 17 años y jugaba fut bol entrenando unas tres veces por semana. Claro, luego también practiqué como ya saben por mucho tiempo la natación, pero nunca de una forma digamos más que amateur. No obstante, tenía entendido que realizar un deporte de alto rendimiento exige ciertos sacrificios, por ejemplo:

-Una gimnasta no puede echarse los tacos de suadero, pastor, bisteck, cabeza, tripitas o hígado que yo me hecho en una sentada... vamos, que seguramente ellas no se echan en toda su vida los que yo me como en una cenada, la mera verdad.

Lo Bueno, lo Malo y lo Free XIX

Creo que esta vez puedo poner la sección algo más rápido que en ocasiones anteriores y con ello, volverla más activa que antes, ojalá así se pueda vivificar su orden y su energía; así pues, vámonos directo a las recomendaciones propias de la sección, pero antes de empezar, hablemos de la constancia del autor de fics... no me queda, lo sé, pero de todas formas, hablemos de ella.

Escribir fics es un pasatiempo, lo sé, muchos autores escriben con la intención de plasmar en papel una buena idea surgida de sus cabezas, alimentarla, crecerla, perfeccionarla y compartirla con otros fans como ellos; sin embargo, mentiría si dijera que no lo hacen buscando un poco de reconocimiento, ¡claro que buscan reconocimiento!, si no, no escribirían y si no, tampoco publicarían... ¡es la razón por la que se publican en internet!

La fama del autor de fics es sin embargo temporal, aún más temporal que la de aquellos autores que logran consagrarse con una historia propia, porque el escritor de fics depende inmediatamente de lo que el autor del original haga y de la fama de su obra; no obstante, el lector de fics agradece más que nada el que el autor de la historia alterna que sigue, la continúe, la crezca y sí: la termine.

Así que procura que todos y cada uno de los fics que escribas lleguen a su fin, porque dejarlos inconclusos es jamás acabar con el placer de los lectores, es dejarlos siempre con el vacío de una buena historia, así que si escribes: termina.

Pasemos a la sección ahora sí:

Lo Bueno: Falta de sangre fría, de Applecede, traducido por Joanne Distte.

Jadeo. 

Contracorriente

Si hay algo que duele es enfrentarse a situaciones en que la familia, los amigos o los más cercanos personajes de tu vida no apoyan tus decisiones o tus sueños, o peor aún, te presionan para que los dejes; en pasadas entradas he podido comentarles de mi amor por los perros y de mi creciente intención de adoptar a algunos y ayudarlos, el día de hoy, no importa le fecha, sólo importa que es hoy sea cual sea, me enfrente a una situación desagradable con mis mascotas. Son animales, tienen instintos y es imposible a veces mantenerlos quietos o impedirles que sigan el llamado de su naturaleza, mis perros vieron la oportunidad de atacar a una gallina y lo hicieron, no pude evitarlo aunque intenté y sí, el acto estuvo mal porque implicó acabar con la vida de un animal indefenso que además le pertenecía a alguien, pero insisto, no fue ni su culpa ni la mía. Ni de nadie.

Intento darles buena vida a mis mascotas, les alimento lo mejor que puedo y los atiendo con el tiempo del que dispongo, les doy afecto y consideraciones y siento por ellos un profundo y sincero amor; para qué mentir, soy una treintona, sola, tengo pocos buenos amigos, salgo con mucho menos de esos y allá cada venida de obispo... paso el 80% de mi tiempo libre en casa, encerrada frente al computadora, leyendo, escribiendo, viendo tv o bordando, no bebo, no fumo, no salgo de fiesta ni hablo majaderías... leo quizá de todo, pero eso no afecta a nadie... yo no doy problemas.

¡A las órdenes de un jefe mucho más inepto que tú! (Familia de Diez S01E13)

Este es el capítulo del absurdo, sí, lo diré desde ahora, desde las primeras líneas: es el capítulo que NO me gusta, así que creo que de todos los que tiene esta serie, es el que menos recomiendo, pero si me preguntan por qué no me gusta... creo que es precisamente por sus fortalezas por lo que no acaba de convencerme; primero voy a platicarles de qué va este capítulo, quizá así me entiendan porqué no me gusta nada nada.

Resulta que Renata quiere que le arreglen la antena de su televisión, la de su cuarto, porque no se ve (recordemos que en la de la sala, digamos en la común, tienen cable -sí, ese que Plácido se vio obligado a pagar-), ahora bien, como ninguno de la familia se acomide a subir a la azotea y mover la antena, tienen que esperarse a que Plácido vuelva del trabajo y por una razón por demás tonta, hace que toooooda la familia suba al techo en noche de tormenta para mover la antena y lograr así que se vea bien la novela de su mujer. 

"Con su mitad y la mía, completamos" (Familia de Diez S01E12)

¿Sabías que este es uno de los comentarios que he hecho de esta serie?

Acá puedes ver los anteriores:

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10

Capítulo 11

Pues esta era una familia de diez integrantes viviendo apretados en una casita de un baño y tres recámaras, el abuelo es un tragón, la cocinera una jovencita que quiere ser actriz, la madre de familia es medio distraída, su hermana algo quejumbrosa, la sobrina trabajadora; el padre es trabajador y sufrido, el hijo medio tontito, la esposa de este algo bobita y la hija presumidilla... muuuuy presumidilla y ahí entra el asunto del capítulo de hoy, en que Martina es excesivamente presumida. Pero no está mal el que sea presumida, sino el que se mentirosa.

El capítulo de esta vez narra cómo la más joven de los López está prendada de un compañero de clase, el famoso Ricky, quien es un muchacho de dinero y renombre; así la pobre chiquilla no sabe qué hacer porque jura y perjura que la familia la va a poner en vergüenza con su prospecto.

-¡Uy cuñado, cuando una niña habla por tres horas con el mismo muchacho por teléfono, puede quedar embarazada de por vida!

Pero no me deja...

Pues estamos en la semana del miedito, hay que poblar todo lo que podamos las redes con historias de horror, locales o extranjeras, pero eso sí, con su aire de leyenda o de "basado en hechos reales" que hace que más de dos se orinen en los pantalones; el corto de hoy sin embargo, aunque inquietante no es precisamente la cosa más tétrica del universo, aunque sí deja un saborcito extraño de boca.

Esta es Irene, cuyo padre está enfermo, la nena pasa por una situación que a nadie se le desea y que por el contrario, uno reza para que no ocurra entre los cercanos; mientras la ausencia cae de golpe en la casa, la hermana mayor de Irene, Marta, viene a casa para pasar tiempo con ella y cerciorarse que esa gran pérdida no haya mella en la niña, no obstante el asunto se torna feo cuando se descubre que lo que la pequeña quiere es seguir a su padre a donde vaya.

A donde quiera que vaya. Y esa es la historia del corto de hoy, No mires ahí.