El asunto es discutir cómo apareció la llave de la camioneta, el asunto es que meses antes, en la primera inspección, revolviendo todo en la habitación, la llave no apareció, y de pronto, semanas después ésta aparece de la nada, como si siempre hubiera estado ahí, o como si a lo Toy Story, esta se la pasara corriendo para ocultarse y ese día, de pronto, la atraparan a medio camino entre el closet y la mesa de noche y hubiera simplemente optado por dejarse caer inerte y con ello, ser descubierta; pasamos de los oficiales confiados que permitieron entrar a investigadores con conflicto de intereses entrar a la escena del crimen, a especular sobre si los "extraterrestres" lo hicieron, cosa bastante simpática.

Mientras vemos a todos peleando sobre la posibilidad de si las manchas de sangre que inculpan a Avery vienen o no, de la misma prueba de sangre que la oficina de policía de Manitowoc tiene en su poder, también nos percatamos de que el juicio es largo, tedioso, cansado... y que quizá los más desesperados y cansados en ese asunto, tienen que ser los familiares de Teresa, que tienen que ver cómo todo es importante, cómo todo es discusión... menos el saber si de verdad Teresa fue asesinada por ese hombre o si la mató alguien más y eso es terrible, de cierto modo, Teresa jamás, NUNCA tendrá justicia. Así que cuando sabemos que la única prueba que inculpa realmente a Steven, está rodeada de tanta... duda, no tiene sentido que veamos el caso como una cosa puramente justa o puramente imparcial.

Los Avery hablan de lo que son, lo que han construido, así comienza el capítulo ocho, ¿ya se dieron cuenta que nos quedan sólo dos más para el final y la cosa no se está resolviendo?; la defensa nos plantea de nuevo a un Steven como lo que parece ser, un hombre inocente constantemente inculpado, muy agredido... un acusado que sólo por ser acusado, ya perdió. No hay sangre en la alfombra, no en las paredes, no hay rastros de cómo arrastraron el cuerpo hasta la cochera, no hay charcos donde le dispararon, ¡no hay gota de sangre en ninguno de esos lugares!, la llave no dice nada, la revista no dice nada, la bala aplastada, algunos de estos encontrados semanas, ¡meses! después, no puede ser que sean el único nexo, no puede ser que sean el argumento, ¿cómo esto va a ser la mayor evidencia del asunto?

Así es como se da la lectura del veredicto y se le encuentra culpable, sin más ni más, sabíamos que pasaría, pero no deja de ser espantoso; al menos los que pensamos (yo) que este hombre es inocente, nos generamos más dudas, ¿dónde está el arma?, ¿dónde está el cuchillo?... Steven no fue, se siente en los huesos... pero eso no tiene más caso, el jurado decidió y no queda más que... el frío. Y podrán decir, ¿ahora de qué se va a hablar en los siguientes dos capítulos?, bueno, pues del juicio de Brendan, en quien recae ahora todo el peso del caso, porque la gente ahora es cuando cree en la inocencia de ambos, ahora que ya se dio a conocer el veredicto, es cuando todos se vuelcan a expresar su apoyo... cuando ya la cosa no tiene remedio.
Estos capítulos son largos y llenos de información, son quizá parte medular de la serie... véanlos, son geniales, a ambos les otorgo un honroso 9.8... y denme su opinión si difieren de la mía sobre la inocencia de los Avery.
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