miércoles, 8 de julio de 2020

Comireseña: Experta en bodas

Esta es una de esas películas para palomear, parece que podemos ponerla para cuando no tengamos otra cosa que hacer que pasar un buen ratito, algo así para reírnos ligero, porque tampoco es como si fuera la más divertida del mundo; pero cumple su cometido: entretiene. Ojo, saca unas risas, sólo algunas, porque tampoco es como si la historia romántica nos gane el corazón, nada, nada, nada.

Pues bien, hablemos de esta película curiosona de Jennifer López y Matthew McConaughey: película de 2001, The Wedding Planner o Experta en bodas o Planes de boda, es dirigida por Adam Shankman; el personaje de Mary quien es interpretada por Jennifer López, es una organizadora de bodas que se las sabe todas todas, desde las recetas básicas para curar un exceso de bronceado, hasta las palabras exactas que un padrino ebrio debe decir en medio de la boda para decir el discurso perfecto, ¡vamos!, que incluso sabe cuánto durará un matrimonio por su canción de bodas.

¿Exagerado?, un poquito, pero así vamos a estar toda la película, así que agárrense.


Mary ansía ser socia de la empresa donde trabaja, pero no es sencillo lograrlo, porque su jefa es reticente a ello, hasta que les cae el negocio del año con una boda por todo lo alto que cumple justo lo que esperaban del negocio soñado: la boda de la hija de un magnate; así, contenta por la oportunidad Mary es casi asesinada por un contenedor de basura descarrilado (sí, así de estúpido), pero corre con la suerte de que un atlético médico familiar con ganas de acariciar a una desconocida sobre el asfalto se interponga en el plan del contenedor y la salve justo a tiempo.

Para luego retozar un rato con ella en plena calle, acariciándole el cabello y mirándola melosamente... sí, ese es Steve, osea el guapote (para algunas, para mí como que no más no) Matthew McConaughey.

Entre que si la salva, que empiezan a coincidir, que salen, que se gustan, que si el papá de Mary un italiano obsesionado con verla casada le consigue un novio (que por cierto, es Justin Chambers, mejor conocido por hacer de Alex Karev de Grey's Anatomy, pero cuando era jovencito y fellito, vale la pena agregar); la cosa es bastante extraña, porque uno va y viene de enredo en enredo, que si el caballo se desboca, que si la estatua a la que se le rompe el pene, que si...

No, pues no, la comedia está pero no está, no acabamos por reírnos con ganas porque los chistes son muy bobos y creo que ambos actores están desperdiciados pero como para aventar para arriba de tanto; luego la historia de amor parece venirse abajo o eso quieren que pensemos y nos ponen a los dos amantes sufriendo por la separación, el sacrificio de no poder ser felices porque tienen que dejar al otro en paz para beneficio de la gente a su alrededor...

Predecible, pero poco funcional en una película tan palomera... en serio, ¡qué palomera!

Total, que al final... un momento, ¿quieren que les cuente el final?, ¿y si mejor se van a verla para que me callen la boca viniendo a decirme que a ustedes sí les gustó y que yo soy una amarga que no supo disfrutar semejante obra de arte?, sí, mejor permitiré que vayan y la disfruten, que se rían un poco (espero que les llene más que yo para que en serio se emocionen con tanta divertida escena de enredo romántico), que la aprecien y me vengan a decir que me equivoco.

De aquí a entonces, le otorgo un 8.2, nada más porque están los dos, se ven bien (aunque me siento rara porque no me parece que tengan gran química), y compensan un poco... véanla, disfrútenla y me cuentan :P

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