Vamos a ser muy francos, una de las razones por las que me tardé tanto en acabar con estas reseñas/comentarios, es que a final de cuentas la serie es tan floja, que uno se podría decir que acaba de verla a fuerzas; lo que inicia como una producción que refleja la injusticia de una situación que no debe tolerarse, acaba por convertirse en parte del juego y así como nos engañaron al momento de la investigación, también nos engañan en la serie. Empecemos por ver que se suponía esto se trataba de desentrañar el misterio detrás de la muerte de la monja, pero hacia el final de la serie, el asesinato es más una maraña que un hecho; el investigador y quienes dirigen el documental, lejos de apegarse a la evidencia y mantener un sospechoso, dotan a media serie de más sospechas, de más posibles homicidas y se regodean dándonos versiones variadas y nombres y más nombres... y eso no ayuda, eso disipa, tanto el delito, como la justicia (y esta de plano no existe ya).
El capítulo final tiene ahora la intención de pasar por la historia de las víctimas y cómo están viviendo el haber salido a la luz, el haber denunciado y el no haber recibido justicia, tanto las chicas abusadas, como la familia de la hermana Cathy, intenta hacer un recuento de esto, de los restos de la violencia que sufrieron; y el documental va bajando de intensidad, va dejando paso a un tono más blandón, más de pasadita.
Se da más evidencia, se habla del collar que Cathy iba a comprar el día que fue asesinada, se habla de cómo ésta estaba conminada a dejar el convento o volver definitivamente a él, también se repasa a otro de los sospechosos, el sujeto que incluso llamó a la televisora para decir que él tenía información sobre eso, se le muestra la imagen del collar y se le pide que la identifique, hay momentos en que la evidencia es tan dura, que uno no puede creer que el documental se quede sin resolver, que no avance de una serie de acusaciones fílmicas y nada de desarrollo real. Todo parece estar cayendo por su propio peso y sin embargo... nada.
Es sorprendente cómo incluso ponen el testimonio de una víctima más joven del padre, un chico del que abusaba cuando trabajaba en otra iglesia, él habla de cómo lo indujo al alcohol e incluso a drogas, pero pareciera que las autoridades se empeñan en limpiar lo que está sucio de automático, desde el inicio; está la situación del auto, el fango dentro, las ramas, el collar, toda la evidencia que puede poner a la persona correcta tras las rejas. No fue el padre quien asesinó a la monja, pero por momentos pareciera que no sólo la autoridad, sino incluso hasta la gente del documental, podría evidenciar quién fue... y sin embargo, nada. Y la autoridad no dice nada, porque es obvio que no hace nada ya.
Me parece, a título personal, que la serie es buena, está bien hecha y con toda la evidencia lo deja a uno muy sorprendido de la realidad, de lo que puede ocurrir y de lo que está ocurriendo; pero la historia queda ahí, no avanza, se estanca y es en los puntos donde se estanca que el documental tiene que mirar a otros sitios y se vuelve pesado, aburrido. Hablamos de una investigación que sigue abierta y que bajo ese pretexto no avanza en la investigación, bajo el letrero de que siguen trabajando en ello, se escudan para no avanzar, para no tener avances; y eso hace que este documental lo veas una vez y nada más, quizá se requiera mucho más tiempo para poder encontrarle de nueva cuenta el gusto, pero verlo seguido, no logra gran cosa.
En conclusión, hay que leerlo por arriba, pasarlo de larguito y seguir adelante, quizá luego volver a él, quizá luego caer de nuevo en su historia; terminando el documental puedo darle un flamante 9.0... y quedémonos en el 9.0... por su contenido, por su sustancia... por su trascendencia, me reservo y ya.
El capítulo final tiene ahora la intención de pasar por la historia de las víctimas y cómo están viviendo el haber salido a la luz, el haber denunciado y el no haber recibido justicia, tanto las chicas abusadas, como la familia de la hermana Cathy, intenta hacer un recuento de esto, de los restos de la violencia que sufrieron; y el documental va bajando de intensidad, va dejando paso a un tono más blandón, más de pasadita.
Se da más evidencia, se habla del collar que Cathy iba a comprar el día que fue asesinada, se habla de cómo ésta estaba conminada a dejar el convento o volver definitivamente a él, también se repasa a otro de los sospechosos, el sujeto que incluso llamó a la televisora para decir que él tenía información sobre eso, se le muestra la imagen del collar y se le pide que la identifique, hay momentos en que la evidencia es tan dura, que uno no puede creer que el documental se quede sin resolver, que no avance de una serie de acusaciones fílmicas y nada de desarrollo real. Todo parece estar cayendo por su propio peso y sin embargo... nada.
Es sorprendente cómo incluso ponen el testimonio de una víctima más joven del padre, un chico del que abusaba cuando trabajaba en otra iglesia, él habla de cómo lo indujo al alcohol e incluso a drogas, pero pareciera que las autoridades se empeñan en limpiar lo que está sucio de automático, desde el inicio; está la situación del auto, el fango dentro, las ramas, el collar, toda la evidencia que puede poner a la persona correcta tras las rejas. No fue el padre quien asesinó a la monja, pero por momentos pareciera que no sólo la autoridad, sino incluso hasta la gente del documental, podría evidenciar quién fue... y sin embargo, nada. Y la autoridad no dice nada, porque es obvio que no hace nada ya.
Me parece, a título personal, que la serie es buena, está bien hecha y con toda la evidencia lo deja a uno muy sorprendido de la realidad, de lo que puede ocurrir y de lo que está ocurriendo; pero la historia queda ahí, no avanza, se estanca y es en los puntos donde se estanca que el documental tiene que mirar a otros sitios y se vuelve pesado, aburrido. Hablamos de una investigación que sigue abierta y que bajo ese pretexto no avanza en la investigación, bajo el letrero de que siguen trabajando en ello, se escudan para no avanzar, para no tener avances; y eso hace que este documental lo veas una vez y nada más, quizá se requiera mucho más tiempo para poder encontrarle de nueva cuenta el gusto, pero verlo seguido, no logra gran cosa.
En conclusión, hay que leerlo por arriba, pasarlo de larguito y seguir adelante, quizá luego volver a él, quizá luego caer de nuevo en su historia; terminando el documental puedo darle un flamante 9.0... y quedémonos en el 9.0... por su contenido, por su sustancia... por su trascendencia, me reservo y ya.
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