Y bueno, la canción de hoy... la canción de hoy:
A veces uno aprende las cosas difíciles de la forma sencilla, pasándolas de largo y sin que le peguen tanto, otras veces las aprende uno de la forma dura, de la forma cruda: sufriéndolas.
A veces aparece la gente en nuestras vidas no para quedarse o para hacernos más felices, sino nada más para aprender algo, para que la vida nos enseñe el dolor o el vacío.
A veces hay personas que vienen para que aprendamos lo que debe ser.
O lo que no debe ser.
No es malo tener a alguien a quien quisieras hacer volver, lo malo es aferrarte a ello y dejar de vivir.
Madurar y crecer, aprender a soltar, es saber que hay gente que tiene que irse, que su papel en tu vida es ese: marcharse.
Así que, aprende de las personas lo que les toca enseñarte: compañía, amor, desamor, dolor, desconfianza, frío, calor, fidelidad, esperanza, fe.
Y cuando esa persona deje de ser quien tiene que enseñarte porque aprendiste, déjalo ir.
Las fechas y los aniversarios son especiales porque te devuelven un bello recuerdo, o porque te hacen caer en cuenta que ya no lo tienes. Hacen que vuelvas los ojos a un gozo o a un dolor y te recuerdan lo que aprendiste de él, lo bueno y lo malo, la experiencia y la sabiduría que de ella mana.
Usa las fechas especiales para eso, para recordar lo que aprendiste o tienes que aprender.
Hoy es seis de abril y tengo mucho que recordar. No espero que recuerdes, nunca se te dio.
Lo malo que a mí no se me da olvidar.
Tú que lees, reflexiona y abre alas, toma y suelta, así es la vida, ama y deja amar, vive y deja vivir.
Crece y sé mejor.
Y ama de nuevo.
Y punto.
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