Y así es como el pobrecito doctor Harmon, piensa quitarse la vida para no sufrir, lo que lo lleva a una confrontación con sus dos adoradas muertas y de ahí, directo a la trampa que su dulcísima amante le ha tendido; si usted pensaba que el capítulo tendría al menos un poquito de cordura, pues no, no la tiene, porque pronto tenemos a Ben muriendo tras ser colgado de la lámpara, por ni más ni menos que los fanáticos de los asesinatos seriales... ¡sí, los tres a los que vimos entrar a la casa una noche casi matando de miedo a Vivian!
Así pues, tenemos a la familia completa por ahí, a excepción de uno de los dos bebés y ni más ni menos que a la perrita de la familia... claro, que todo producto de la final venganza de la adorable amante de la temporada, esa pálida chiquilla de ojeras que permanece en el fondo de la pantalla sonriendo malévola; así pronto vemos otra familia en la casa y a Constance huyendo con el pequeñito para tenerlo oculto en el armario. Claro, que a este paso ya estamos en algo así como "la suma de todos los miedos", porque es una vorágine de cosas, que hay que decirlo: pronto cae en el absurdo y la exageración.
Claro que la nueva familia es mucho muy diferente de los Harmon, son más deshinibidos, quizá un poco más unidos, menos presionados por la casa... menos poseídos y eso hace que los Harmon decidan protegerlos, echarlos a puro susto de la casa, con plena intención de ayudar a que se salven; sobre todo cuando escuchan que pretenden tener más hijos, y no, en esa mansión, en Murder House no se deben tener hijos, no deben tener bebés.
Así pues tenemos una súper sangrienta secuencia de infundir temor, la nueva familia debe tolerar a los Harmon y compañía recetándoles algunos sustos, con la plena intención de ahuyentarlos, en algo que sí, es demasiado tétrico, pero también demasiado cómico, aquí empieza la comedia; el teléfono no funciona mientras un tipo en traje de látex te ataca, al mismo tiempo, Beau está ahí preguntándote lo que quería preguntarle a su madre, Tate charla con el chico adolescente, claro, para matarlo y que así pueda estar para siempre con Violet, porque por supuesto a ella le gusta el muchacho, ¿no es obvio?
Luego está Moira, joven y hermosa y las enfermeras y... ¿debo decir más?; de pronto la historia es tan bizarra que podríamos ponernos a reír, en serio que sí, a pierna suelta y desternillarnos, porque no queda de otra. La serie es buena la primera vez que la ves, pero como para la segunda o tercera, el asunto es bastante cansino y extraño, empieza a caer en una turbulenta suma de absurdos, sin sentidos y comicidades... si estás viendo por primera vez la serie la encontrarás buenísima, entretenida, pulcra, creativa... pero si ves de nueva cuenta el programa, empezarás a cansarte, a sentirte abrumado de tantas cosas juntas, es como si se sumaran todos los terrores, pero lo hicieras de forma tan equívoca que caen en el ridículo... en un gran ridículo.
Un hecho asombroso es ese final, que merece todos los aplausos... un cierre genial de serie para un no tan genial cierre de temporada, los capítulos no son tan geniales cuanto más nos acercamos al final, pero la historia logra su cometido, entretiene, emociona, conmueve y asusta... en calificación: 9.0 final...
Una gran historia si me lo permiten decir, ¿la recomiendo? SÍ... ¿un clásico? NO ES PARA TANTO, POR DIOS... ¿otra temporada? ¡POR SUPUESTO!
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