Yo sí, tengo tres perros, dos hermosas chicas mestizas, Tessy y Casia y un bebé preciosísimo French, Terry... de él les habló seguido y de Casia también; la verdad es que, voy a reconocer que son ellos los que en gran medida han sanado una cierta soledad que tenemos a veces, saben ser acompañantes, saben consolar, saben valorar lo que uno hace por ellos. Terry por ejemplo, me mira a veces con mucha atención, si lloro sus pequeños y profundos ojos negros analizan mi emoción, si estoy triste agacha su cabeza y espera, paciente, sentado a mi lado, no intenta irse, tampoco tocarme, sólo espera, porque sabe que voy a abrazarlo fuerte y entonces suspira con su corazón latiendo tranquilo contra mí, como diciéndome que todo va a estar bien pronto y cuando al fin le miro, lame mi mejilla y suspira de nuevo... suspira como para decirme que ya todo pasó.
Casia se inclina contra mi pierna y apoya su cabeza contra mí, esperando a que le mime, esperando a que le diga algo, si logro hacerla feliz sonríe a su modo con su hocico abierto de par en par y su lengua de fuera; Tessy me sigue siempre, apoyándome todo el tiempo, apoyándose en mí y si quiere correr con fuerza primero se impulsa de mi cuerpo, primero toma energía de mí... porque depende de mi ánimo y de mi compañía. Los perros son así, nos acompañan, nos siguen y emocionan... ellos nos entienden mejor que otro humano y saben cómo consolarnos si lo necesitamos.