jueves, 1 de junio de 2017

The Keepers: La Escuela (E02)

"Cathy Cesnik fue asesinada por alguien que la conocía... fue asesinada porque ella iba a revelar lo que estaba ocurriendo en esa escuela... usaron su muerte para mantenerme callada..." La estudiante desconocida.

Dios... ¿ya les dije que el intro es fabuloso?, ese aire solemne de las fotografías de época, en blanco y negro con esa patina del pasado es extraordinario, nos adentra en una agreste seriedad anteponiéndose a la sensación de extraña seriedad de la iglesia... y de las escuelas de mucha reputación; Baltimore es meramente católico y un crimen católico... es de pensarse y de sentirse ofensivo, se repudia y se señala. Ryan White, el director de esta serie documental de Netflix de la que hablamos ya un poco en el comentario anterior a nivel más de ficha "técnica", hace ahora un acercamiento no al crimen, sino al contexto de las tres implicadas principales hasta ahora, las dos jóvenes muertas y la chica que nadie conocía, es momento de hablar de la Escuela Arzobispo Keough, ese lugar mágico al que todas querían ingresar... y del que luego muchas querían huir.

De pronto la serie se va enfocando en el testimonio de las verdaderas víctimas, la hermana Cathy no era el crimen real, ella sólo fue la cortina, porque detrás de ella está lo que ella sabía, lo que estaba descubriendo y si hablaba, habría manchado a toda la institución y a más; aparecen entonces las chicas, la alumna desconocida y otras más que declaran lo que pasaba en esa escuela si tenías un pasado triste, cómo esos hombres que encabezaban la escuela y que debían resguardarte y ayudarte, en realidad eran criminales, bestias salvajes que se alimentaban de las heridas ya hechas en aquellas jóvenes ilusas y creyentes. A decir verdad, estamos ante un panorama más que desolador, es corrosivo a morir el saber las historias que se esconden tras la puerta de la oficina de un capellán, los abusos que un hombre con uniforme de santidad puede llegar a cometer, aquí empieza lo denso de esta historia, lo terrible de la verdad.

Y entendemos que esa verdad puede costar la vida.



Desde mi punto de vista voy deduciendo cosas, creo hasta este punto que se trató de un crimen por encubrimiento, que intentaron callar la verdad de esa escuela asesinando a la única persona que pareció querer darle voz a esos crímenes; saber que Cathy Cesnik monja o no, fue asesinada porque iba a hablar, que seguramente le dijo a alguien lo que estaba pasando y que estaba dispuesta a pelear por proteger a sus alumnas, en todos los casos víctimas silenciosas, abusadas sólo por ser inocentes, hace que de verdad hierva la sangre. 

Este segundo capítulo es crudo, es fuerte, escuchar de voz de las víctimas lo que Joseph Maskell, el capellán y psicólogo de la escuela les hacía a esas muchachas, intentar entender lo que puede pasar por la cabeza de una joven de secundaria que sufre ese tipo de violencia, es perturbador; este capítulo es doloroso, inquietante y frustrante, no sé mucho más del caso y no pienso enterarme más allá de lo que el documental me dé por ahora, intento dar una redacción y reacción acá de lo primero que pasa por mi mente al enfrentarme a esto sin conocer más...



Y puedo decir que estoy preocupada y asqueada de la situación, que quiero seguir viendo y saber qué ocurrió, que ansío justicia... y que creo en Dios y su justicia; y aunque el capítulo, todo entero es terrible, nada te prepara para el final, el final es mortal... es un final venenoso que lo deja a uno temblando en su asiento... es un final que saca lágrimas, que deja un cardenal imborrable.

Así que les digo de una vez que este capítulo le doy un 9.9... que espero que vean la serie, que no quiero spoilearles más de lo que ya lo hago y que aprendan de ver esto; quédense con lo importante, con la sensación de que no podemos permitir que cosas así sigan pasando ni en nombre de Dios, ni de la justicia, ni de la libertad, la política o la patria... Nada jamás, NUNCA justificara el acto del abuso contra un inocente, NINGÚN TIPO DE ABUSO.

JAMÁS.

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