miércoles, 12 de octubre de 2016

Poesía: ... y te salvas.

¡Ah, el amor!

La neta, la neta... yo me declaro enamorada, ya no sé cuánto tiempo tengo en este estado ni me acuerdo de cómo era antes de estarlo... tengo una vaga memoria de que era gris... muy gris y ahora la vida es algo más que hermosa... algo más que maravillosa...

En fin, que cuando uno se enamora, todo se siente al 1000%, de pronto el dolor se crece, el olvido se crece... la pena y la alegría y todo parece medir diez veces más que antes y cuando las cosas se ponen terribles, cuando se ponen malas, entonces es fatal, porque parece que no habrá modo de que mejores, de que podamos salir de tanta desgracia; y en esos malos momentos a uno le importa una cosa más que cualquier otra: que la persona que amamos no sufra.


Nada importa más que el que el otro no sufra, a veces uno tiene problemas y siente que no hay modo de zanjarlos, de pronto se siente como si trajera uno encima todas las desgracias del planeta, uno es una bola inmensa de enfermedades, tragedias y mala suerte y se siente contagioso hasta los codos; entonces se pone a pensar que lo mejor que puede hacer quien amamos es alejarse de nosotros, buscar la felicidad en otro sitio y salir del atolladero que significamos.

Pero la gente que amamos se queda siempre con nosotros con presencia o sin ella, y este poema de Benedetti ejemplifica esos terribles y catastróficos momentos en que nos parece mejor que quien más nos importa se vaya para encontrar algo mejor... a veces, amarnos, amar a esa persona que somos, lo que nos hemos convertido, lo que seremos, implica abandonar cosas trascendentales, soltar maletas, soltar amarras... perder hogares, amigos... profesiones...

Pero amar lo vale... y hay quienes piensan que el amor exige abandono y desapego, cuando la verdad es que el amor sólo exige una cosa: amor.


No te salves
Mario Benedetti



No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo




pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.


Quédate conmigo... quédate y ama, sálvate/condénate conmigo... porque el amor sólo puede salvar, esas condenas no son tales, son salvaciones si uno las mira mejor, nada más. 

Amen, porque es lo mejor que puede pasarle a cualquier ser humano, amen porque es lo único que importa...

Amen.

Y punto.

Un día como hoy lo supiste, a esta hora justamente... un día como hoy lo sé... voy a saberlo... un día como hoy y todos los días que resten... siempre. Punto. .

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