domingo, 16 de octubre de 2016

"¡Que te pongas el cochino vestido!" (Familia de Diez S01E10)

¿Sabías que este es uno de los comentarios que he hecho de esta serie?
Acá puedes ver los anteriores:


-Con este mismo vestido se casaron mi mamá y mi abuela
-¿Su mamá y su abuela se casaron?
-Sí.
-¿A poco en su época ya se usaban las bodas gay?
-No Gaby, mi mamá se casó con mi papá y mi abuela con mi abuelo...
-¡Ah, ya entendí!... ¿y quién se casó primero?


Pues sí, el día esperado se llega por fin, Gabriela y Plutarco van a casarse, y entre que si la novia usará el vestido de su suegra o no, entre que sí Don Justo va a pagar todo (descontándoselo luego a Plácido), las cosas se van organizando con lentitud pero con seguridad, o al menos eso parece; porque de repente empiezan a pasar un montón de tonteras que ponen en entredicho la realización de la boda.


Por un lado, al tonto de Plutarco se le ocurre perder las argollas de matrimonio de los papás de Gaby, que don Justo le dio para que las usaran ellos; luego tenemos de frente que no le queda el vestido de novia a Gaby, lo que es peor que nada porque entonces ¿qué va a usar la pobre?, y bueno, tenemos los problemas de siempre, por un lado que si el coche no funciona, que sí Plutarquito es un bruto, que si don Arnoldo no más no ayuda y no más la riega... que si Martina y la Nena se pelean a cada rato y que si la Tía Licha no da una...

Y pues sí, la boda va a ser en dos días, habrá mil invitados entre los que destaca el Presidente de la República, que además va a fungir como testigo de la boda, pero claro de los 1000 invitados, sólo 6 son de la familia del novio; y bueno, mientras Plutarco se va a buscar las argollas acompañado de Tecla, por aquello de que se pierda, Gabriela se queda en casa para que Licha le pueda arreglar el vestido. Martina y la Nena van a ir de damas de honor, por lo que necesitan un vestido acorde con esas necesidades y en fin... que la familia se empieza a mover como hormiguero para prepararlo todo.


El capítulo es bastante divertido, qué decir de cuando aparecen las argollas, que Plutarco corre a enseñárselas pero no lo dejan entrar porque no vaya a ver a la novia con su traje, ¡porque es de mala suerte!

-Señor suegro, ¿las argollas son unas cosas redondas que van en los dedos y tienen diamantes?
-Sí.
-Ah, entonces esas no valen lo que usted gana en un año.
-¡Ay, qué bueno!
-Esas argollas valen lo que ganaría usted de aquí, a que se jubile.

Pero si usted cree que el capítulo abarca solamente la historia del previo a la boda, pues no, el cap alcanza hasta la boda misma, que no podemos ver pero de la que nos enteramos por ellos cuando regresan a casa; por fin están todos listos y se van en la limosina que manda el papá de Gaby y en el coche de la familia, luego se la pasan bomba, entre accidentes, alcohol, comida, pastel, besos robados y demás, todos parecen disfrutar bastante el suceso, siendo lo más importante que con todo y todo, al fin la pareja joven de la casa contrae nupcias como Dios manda y así la cosa se va poniendo como debe de ser.


Este es de mis capítulos favoritos, quizá el que más me gusta, tiene mucha comedia franca y sobre todo, tantos chistes incidentales que sabe rico, es divertido y emocionante, lo tienen a uno al borde del asiento tanto con la pérdida de las argollas, como con el asunto de la fiesta... francamente, Daniela Luján y Ricardo Margaleff me encantan juntos, ella tiene un aire tan de tontuela y despiste que logra convencerte de cualquier tontería que le pase y él... Dios, el aire de torpeza con el que se desenvuelve, es glorioso.

En pocas palabras, yo le doy un 9.9... véanla, es gloriosa, no lo van a lamentar.



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