domingo, 2 de febrero de 2020

"Es que ahora así están los muchachos" (Un extraño enemigo S01/E01)

Hecha en México, con ocho capítulos de sesenta minutos aproximadamente cada uno, producción conjunta de Televisa (sí, para que se asusten) y de Amazon Prime Video, pretende narrar lo ocurrido entorno al movimiento estudiantil de 1968 en México; así que dirigida, producida, escrita, dirigida y editada por Gabriel Ripstein y protagonizada por el fantástico Daniel Gimenez Cacho, esta serie vale la pena que se detengan un poquito a verla. Estrenada el 2 de octubre de 2018, fecha en que se conmemoraron los primeros 50 años de la Matanza de Tlatelolco, realiza una detallada narrativa de lo que fue el movimiento, pero sobre todo: de lo que causó el movimiento.

Para los pocos cercanos al tema, debemos decir que todo gira entorno a un personaje en particular: Fernando Barrientos (basado en el personaje real Fernando Gutiérrez Barrios de la época), que además fue sumamente controvertido por su actuar al frente de la Dirección Nacional de Seguridad, organismo que tuvo que ver con la represión de grupos de izquierda durante las décadas de los sesenta y setenta; Gutiérrez Barrios, era un elemento muy importante para personajes importantes al momento que se narra en la serie... y sin más preámbulo y con esto como contexto, vamos a ella y su primer capítulo:

Episodio Uno: Comandante


Fernando Barrientos (Daniel Giménez Cacho) encabeza la Dirección Nacional de Seguridad, DNS, México está en uno de los momentos claves de su historia pues ha sido elegido para realizar los Juegos Olímpicos de 1968, el Presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz (Hernán del Riego) no tiene ojos para nada más, ni para problemas internos, ni para política, sólo para la organización de este magno evento; para ello, el hombre máximo de la nación ha puesto la organización en manos de un personaje trascendental, Alfonso Corona del Rosal (Fernando Becerril), Jefe del Departamento del Distrito Federal... pues sí, muchos nombres, mucha tensión. Barrientos se enfrenta a un problema importante, los diputados están, bajo impulso de Corona del Rosal, proponiendo que la DNS, desaparezca, del Rosal sabe que es la mano fuerte del gobierno, el punto donde se manejan las cosas sucias, se manipula a la gente, se mantiene el control, así que quiere desaparecerlos para, como parece estar ocurriendo, encaminarse a la Presidencia sin que nadie le pueda estorbar.

Ya de entrada la serie no se anda con rodeos, de inmediato empezamos a ver los asesinatos y encarcelamientos ilegales, todo para bien de mantener el poder concentrado en la "persona correcta", Díaz Ordaz es consiente de que los hombres que trabajan para él ya no piensan en otra cosa que en lograr ser candidatos a la presidencia, y esto empieza a mover varias piezas; al saber que pronto perderá su puesto privilegiado, Barrientos busca hacerse indispensable para Corona del Rosal, ordenando a su gente que realice un atentado contra los trabajos de construcción del metro de la Ciudad de México, cuando Corona de Rosal recibe órdenes directas de Presidencia de solucionar y atrapar a los responsables, no le queda de otra que recurrir a Fernando, que gustoso se saca unos culpables de la manga y les inventa un expediente de pasado comunista y revolucionario.

Del Rosal promete a Fernando ayudarle a conservar su empleo, pero tan pronto como se resuelve el caso, se le voltea y lo deja igual que antes o peor, más en el atolladero; ante la traición del Jefe del Distrito Federal, Barrientos tiene que recomponerse y volver a la pelea, ahora pensando en otro posible presidenciable al cual subir para que le suba en la pendiente del poder, pronto sus instintos le hacen ver que la mejor opción es el segundo al mando, el hombre poderoso al que Corona del Rosal con motivo de las Olimpiadas ha estado opacando: Luis Echeverría Álvarez (Antonio de la Vega), Secretario de Gobernación en ese momento. Tras hacerle ver cuidadosamente a Echeverría que los disturbios (que él mismo provocó) entre estudiantes de la UNAM y el Politécnico tienen mucho de similar con los disturbios recientes en París, le plantea también un plan: aquello, lejos de ser un problema para el país, puede ser también la catapulta del Secretario hacia ser el próximo Presidente de México.


Sincerémonos. La serie es... bueno, de entrada cuando empiezas a verla encontrarte con el logo de Televisa es casi escalofriante, hablamos de la televisora que negó junto con el gobierno de México la veracidad de Tlatelolco por décadas enteras, estamos pensando en la televisora cuyo mejor noticiero y periodista aseveró la mañana del 3 de octubre que era un día "soleado" cuando habían lavado y cubierto las manchas de sangre en la Plaza de las Tres Culturas con periódico; darle la vuelta a la moneda habla de muchas cosas, pero sobre todo... bueno, imagínense lo que pienso. No obstante, luego del logo aparece en la pantalla una leyenda larga, de letra pequeña y blanca en fondo negro, donde nos dejan bien en claro lo que vamos a ver, una FICCIÓN y pues ya, con eso se pone el punto sobre la i.

La serie refleja bien muchas cosas, tantas que preocupa, en realidad hay un momento en que uno no sabe si de verdad estás viendo una ficción o lo que hacen es nombrarla así para no mover las aguas ni remover los cadáveres en el agua, no sea que lo ya podrido, se vaya a pudrir más; el personaje de Barrientos es una pasada, muy hombre de la época, muy mexicano, muy priísta, de esos de antes, de esos que mandaban porque eran ellos. Hay giros en la trama que en serio le dejan a uno pensando, la forma tan sencilla como la figura autoritaria puede simplemente mandar a alguien que miente madres y por unos cuantos pesos, atice el fuego de una explosión que quema a cientos, a miles; cuanto más avanzas en este primer capítulo leyendo entre líneas y escuchando cada idea y comentario, cada asalto de prepotencia o corrupción, más en un México casi mágico te sientes.

¿Sería real todo eso que se dice de Barrientos-Gutiérrez Barrios y que tan formidablemente acaba representando Giménez Cacho?, no lo sabemos, pero viendo textos de la época, documentos reales, nos damos cuenta que es más que posible y esa verosimilitud, esa mímesis de la serie, es lo que la hace buena y entretenida; así que me tendrán por aquí escribiendo los siguientes capítulos, quizá no muy seguidos, pero sí, aquí, hasta que acabemos la temporada... y seguiremos platicando de ello, poco a poco.

A este capítulo le doy un merecido 9.8... ya veremos cómo viene lo demás.



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