domingo, 7 de julio de 2019

Junio y julio... perder a alguien

¿Hace cuanto que vine a quejarme aquí también de mis pérdidas del mes?

No tiene mucho, me parece y creo que a nadie por aquí le interesa mucho lo que vengo a llorar o no, pero igual lo lloro... ¿por qué?, porque tengo que hacerlo.

Desde pequeña, siempre recuerdo esa mano, su mano, casi podría decir que solo eso, su enorme, morena, fuerte y firme mano, la recuerdo en ese puño blando mientras se aproximaba a mi cara, mientras me dejaba/obligaba/acostumbraba/convencía de besarla, era un gesto tan simple, tan cotidiano... y es tan extraño que ahora ya no esté.


El día del padre de este año fui a visitarlo, sólo me senté ahí en la cama a ver televisión con él, ambos mirábamos la pantalla, era un documental sobre leones, sobre como el alfa de la manada caza, domina, echa a la competencia. No nos decíamos nada. Pero él estaba ahí y cuando me despedí y besé su mejilla, cuando le deseé un buen día del padre, su voz resonó en mis oídos, todavía fuerte y como era, como es.

Nada me va a hacer aceptar lo que ocurrió, porque quiero aferrarme a que no ocurrió.

¿Cómo se pierde un padre?

Bueno, en mi caso en la carretera, sentada al lado de mi hermana que estaba furiosa conmigo y con razón, mirando al camino fijamente, esperando a que el camino fuera muy corto, muy breve; en mi caso, fue en una parada técnica, en el teléfono, con mucho llanto y desconsuelo y con una frase nítida y fuerte en mi oído No le digas, tienes que hacerla fuerte... no le digas.

Y tener que callarme que había ocurrido y correr como locas en la carretera, una de nosotras con la esperanza, la otra sin rastro de ella, muriéndonos.

Papá murió.

Pasan los días, pasan uno a uno y no me llega la verdad, lo estreché ahí envuelto en una sábana, frío, pálido, lo besé ahí dentro del ataúd con su traje impecable y el cabello que con mis caricias se desprendía lento y suave; lo extraño aquí donde ya no le veo... pasan los días y no me golpea la verdad...

Ojalá me golpeara de una vez para ya aceptar, para ya aceptar.

Lo extraño y no le veía tanto. Le extraño. Lo amo tanto y nunca se lo dije.

Lo amo.

Papi yo le amo. Y lo recuerdo. Y me va a faltar para siempre.

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