"¡Él me violó!" (Mujeres Asesinas, México S02E12)

"-Ni como esposa me sirves... 

y no es que te lo esté cobrando."

Tere, desconfiada

Este es, perdón por la expresión, el capítulo con la frase más pendeja del DIEM que existe hasta ahora, de todos los capítulos anteriores es el único que tiene esa... belleza. Pero hablemos del capítulo antes de ponerme a despotricar sobre aquello que, en serio, me quita el sueño y hace que no quiera ver mucho el capítulo.

Esta es la historia de Tere (Susana González), una mujer a la que el marido le puso un negocio de hilos, estambres y manualidades, una mercería pues, para que se distraiga o al menos ese es el argumento que él da al principio; con el tiempo, Pepe (Alejandro Ávila), se da cuenta que el negocio es una inversión infructuosa, pues su esposa da para las manualidades más bien poco y el negocio a su vez no da para nada, así que lo que él creía sería un medio para controlar su depresión, acaba siendo sólo una vitrina que la guarde más bonita pero igual de tristona.

Pero Tere no está solita en el asunto, tiene una amiga que le brinda su apoyo incondicional, bueno, eso parece creer ella, pero la verdad es que sin ninguna mala intención, es un poquito imprudente e impertinente con sus comentarios; esta amiga de Tere, tiene una hija, y ahí viene el problema del capítulo, la pequeña Gabriela (Eiza González). Gabriela, que es una preparatoriana que más bien parece símbolo sexual o modelo, siente una atracción muy clara por el señor Pepe, esposo de Tere y como no queriendo la cosa, le tira los perros con muy poco recato, lo que ésta, por supuesto nota de inmediato; valiéndose de argucias logra citarse con el susodicho y ni tarda ni perezosa ante la frase de él de "No estamos haciendo nada malo", suelta un sutil porque no quieres y ¡moles!, ya están encamados.

Aquí el asunto es que Pepe es el esposo que notoriamente sigue enamorado de su esposa, pero también tiene sus "necesidades" (odio, odio, recontraodio que digan eso, en serio, por Dios, ¿necesidades?, ¿de cogerte a otra?... ¿necesidades de sexo?, por amor del creador); así pues, Tere vive con la sensación de que el marido le engaña y al mismo tiempo la certeza de que es Gabriela la amante, así que anda paranoica y nerviosa, mezclando aquello con sus medicamentos para la depresión, cosa que ya pinta para ponerse muy feo. El asunto es que Tere confronta tanto a su amiga, como a la propia Gaby, de la primera recibe negativas, sustos y una clara reacción ofendida por dudar de su pequeña muñequita perfecta, pero de Gabriela...


Pues sí, adolescente, insegura y ambiciosa que cree que por ser bonita todo le es permitido, Gabriela le dice a Tere que Pepe la violó, llora como la nena inocente que es agredida por doble partida y se gana la credibilidad de la pobre esposa confundida, desconfiada y nerviosa; pero luego comete un pequeño error, Gabriela va y le llora por su lado a Pepe, le dice que la mujer está loca y que la quiso matar en plena calle, a lo que el hombre, como buen macho defensor de la pareja en turno, va y enfrenta a la esposa en algo totalmente incoherente, ¿cómo vas y defiendes a tu amante del ataque de tu esposa, queriendo no confirmarle que es tu amante?... interesante, ¿no?

Aplausos, pasa lo lógico, la esposa lo confronta y la niñita sostiene frente a ésta la versión del abuso, ante la mirada estupefacta del pobre sujeto que no tiene más remedio que confesar todo lo que la seductora modelito le decía, hasta los comentarios que para cualquier esposa serían hirientes, sin medir, porque él asegura amar a su mujer y no querer que los acabe separando una chiquilla que no mide consecuencias; resultado: Teresa no encuentra a quien creer, se le juntan los dolores: por un lado el marido que la engaña y por el otro el marido que viola a una niña arguyendo un deseo propio de un incestuoso (a ese nivel, llegan las mentiritas de Eiza, así de poderosas). 

Confundida y llevada al límite, Tere acaba asesinando a su perfecto y amoroso marido, así sin más, convencida de que lo que dice la muchachita es cierto, quizá porque es más fácil creer que el esposo es un enfermo, que creer que le puso el cuerno; oh, la tragedia es cuando después averigua que la joven nunca fue violada, no más le encantaba el madurito y le daba duro con él, así que el marido era casi casi un santo que la amaba (sí, cómo no).

Pero vamos ahora al asunto que me irrita del capítulo, tres cosas curiosas en este:

1. Susana González y como diría mi amigo Dan, su cara de "me están aplastando una chichi", por gracia divina no llega al límite de la Adriana Fonseca en el capítulo anterior del caso de incesto, pero poco le falta; la vemos temblorosa, apagada, tristona, con una eterna mueca de miedo y nervio, que francamente llegan a cansar. Sé que la depresión es algo en muchos casos infranqueable, es difícil salir de ella, enfrentarla, ni siquiera imagino lo que pueda sentirse de perder un hijo, pero aún así, la vemos en el colmo del exaspero; la mujer incluso boicotea su propio trabajo, acertadamente le dice la amiga que podrían estar trabajando donde les vieran y sirviera de propaganda, pero no, prefiere el encierro, así que uno entiende un poco el hastío del marido.

3. El DIEM. En serio, hay capítulos en donde es más que obvio que son inservibles, mera basura puesta en la serie para darle un toque moderno, innovador, pero no sirve, es una perdida de tiempo y recursos, y en casos como este capítulo, la burla de la serie; la secuencia a la que anteriormente denominé pendeja y que reafirmo es PENDEJÍSIMA, tiene que ver con la forma como Tere asesina a su marido, primero, clavándole en el abdomen una aguja de tejer, los miembros del grupo de investigación mencionan lo imposible de aquello, hasta que definen que se hace con agujas modernas especiales que son más resistentes y ligeras, el médico pregunta "¿Hace cuánto que no tejes?" como para desconocer el asunto de las nuevas agujas, a lo que contesta "Mucho, pero contigo me dan ganas de volver a empezar", toma la aguja y le apunta con ella en plan amenazante... Bianchi... ¿en serio? La escena no es irrisible, es idiota, el oficial se burla como si fuera el gran chiste, la otra apoya con mirada autosuficiente, ríe nadie, porque no tiene gracia, no es creativo, es una secuencia sin sentido que sirve sólo para agregar dos segundos. Inservible.

3. Se nota que andamos cerrando temporada, porque estos son capítulos muy de transición, flojos en la hechura o mejor dicho, en la historia de fondo, quizá lo que venga esté mejor. Eso esperemos.

Por lo pronto al capítulo le doy un merecido 9.0, espero que se queden a verlo y sigan con el que cierra la temporada; de seguro les va a gustar, porque es de mis favoritos. Nos vemos por allá.