domingo, 12 de febrero de 2017

"Mi perla... mi perla." II

Volvamos a la novela de Waters y bienvenidos por acá nuevamente, en la entrada anterior alusiva a esta novela, hablé un poco de la trama nada más y medio comencé por darles mi opinión, hoy haré un poco más de crítica y miraré hacia aspectos fundamentales de la narrativa; me llama la atención que cuando uno se pone a revisar críticas de otros lectores, en su mayoría dan malos comentarios o incluso algunos decepcionados, como si esperasen demasiado y creo que el error fundamental es que llegan a los libros pasando primero por las reseñas o comentarios que aparecen en las solapas o contraportada... ¡Error!

Me ocurrió recientemente con la lectura de Harry Potter y El Legado Maldito, que espero reseñar pronto, no sólo me encontré esperando ansiosamente como toda fan del niño mago, sino que además me dejé llevar por algunos buenos comentarios y sí, también por los malos comentarios, porque sí, llegaron a mí algunos durante la lectura; resulta que lo peor que podemos hacer es predisponernos, positiva o negativamente, porque nos hacemos una idea falsa de lo que vamos a leer y cuando en nuestra lectura nos encontramos con falsedades, ésta se vuelve cansina e improductiva. En mi caso debo advertir una cosa: no leí reseña, comentario o crítica alguna de este libro más allá de la sinopsis ofrecida por la editorial, así que se podría decir que llegué con cero aspiraciones y fui muy recompensada, ¡demasiado, me atrevería a decir!

Comencemos por hablar de los personajes, hay tres en la novela que me parecen suficientemente complejos para crecer la trama y para contrario a lo que muchos dicen, hacerla estable; el primero es Susan Trinder, una joven huérfana que crece bajo el yugo de saberse la hija de una asesina, que es acogida por una buena mujer que no le pide nada a cambio de su amabilidad, nada sino disposición y completa obediencia (todo esto bajo un manto de bondad y afecto que hacen que la pobre Sue ni cuenta se dé de que está pagando su deuda), el siguiente personaje es Maud Lily, y es este otro tipo de personaje.


Mientras Sue se mantiene en la línea de una inocencia intelectual más no emocional o "moral", Maud es el contrario, una completa inocencia emocional frente a un conocimiento exacerbado de los otros aspectos de su vida, completamente cubierta por el conocimiento del sexo, de las relaciones de este, de la complacencia en él y además, experta en la astucia y el dominio intelectual, este personaje femenino se contrapone y complementa a la primera, haciendo de ambas una esfera que si no es perfecta, por lo menos es la adecuada para la trama; cuando vemos a Sue sola, como ocurre en toda la primera parte de la novela, su personaje es entrañable, infantil a veces y por momento excesivamente perspicaz, por lo que no es extraño que algunos lectores encuentren la segunda parte tan absurda en relación a la primera.

La novela se vuelve acogedora conforme pasan las páginas, el día a día de Sue y su relación con Maud a quien ve como a una infante, hacen que se olvide uno de la conspiración detrás de la presencia de nuestro primer personaje femenino, ambas desarrollan una relación natural, que oscila entre el trato fraterno y el romántico, sin nunca volverse para nadar bochornoso o evidente un homosexualismo; el asunto sube de tono cuanto más cercana está la presencia del personaje masculino, Caballero. Creo que aquí sí hay que tener cuidado, el personaje masculino que interviene entre las dos, es quizá uno de los puntos donde caben fallas, pero no se cae la historia, Caballero es relevante al inicio y luego desaparece, volviéndose un indicio y detonante de la trama central de la novela, sin él, la historia no funciona; pero la aparición de Caballero, hace que los dos personajes principales se descarrilen y lo más importante, descubre la verdadera personalidad de Maud y su aparente ignorancia máxima.

He de comentar que me fascinó el cambio con que se cierra la primera parte de la novela, el momento cuando por fin se descubre que Maud supo todo desde el principio, que confabuló contra Sue desde el momento en que cayó en aquella mansión, pero lo peor... ¡lo peor!, que toda aquella secuencia romántica, esa noche que ambas se descubrieron la una en la otra, Susan no estaba educando a una ignorante, sino por el contrario, estaba ante una experta en el tema que la fue envolviendo... de primer momento vemos todo con horror y como si la ricachona de la historia fuera una malvada manipuladora y seductora, cuando hacia el final descubrimos que no es así, que Maud era, en medio de toda aquella saturación de información terrible y reveladora, una chica tan o más inocente que Sue.

La verdad es que los diálogos son muy buenos, existe un punto en que sí, puede parecernos flojo el trayecto que toma la historia, pero se defiende bastante bien hacia el final; quizá algunos lectores esperaban que lejos de irse relajando la historia, el asunto fuera hacia arriba, que luego de una escena erótica vinieran otras cinco, o por lo menos una mucho más detallada y fuerte, que luego de las tragedias llegaran desesperadas muestras de afecto; pero lo cierto es que eso no sería lógico en la trama, ni mucho menos en la época y eso es lo que hace la historia realmente buena, que su adaptación al medio y al momento, son practicamente perfectas.

El que se analice en ella algo tan extraordinario como es el leer demasiado o el leer nada, es lo que más me conquistó, el personaje de Sue absoluta y completamente analfabeta, frente al de Maud letrada y leída al límite de estar entre lo prohibido, sumergida como musa entre "fango", es lo que vuelve la obra tan genial; ambas, viniendo de contextos diferentes se confrontan haciendo que el engaño y la mentira que las envuelve sea creíble y sea arrobadora. Aprovecho y les comento que ahora me veo la serie y estoy encantada...

Amé la novela, por momentos invita a la nostalgia... me dio mucha nostalgia... léanla, les encantará. Y pronto, les traigo la reseña de la miniserie, para que se enamoren también :P

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