
Una de las cosas grandiosas que tiene AHS, es que no es una sola historia que tiene muchos personajes entrelazados y que cada uno cuente su historia personal, sino que aunado a esto, hay otras historias del todo aisladas que sólo se ven conectadas por un factor en común, en el caso de esta temporada es: Murder House. En el capítulo uno, veíamos recién a los nuevos inquilinos instalarse, encontrarse con los personajes que los van a acompañar y descubrir algunos de los misterios del sitio en que se acaban de meter, yo diría de la trampa en que solitos cayeron; pues bien, ahora vamos a conocer otra de las terribles historias de la casa y sus espantosas consecuencias.
Quizá esto sea lo más delicioso de la serie en sí: tenemos dos capítulos y ya van por lo menos unos seis misterios, acompañados de casi las mismas historias aledañas... una caja de sorpresas de tapices variados y música muy sugestiva. Curiosamente, eso es de lo que más inquieta cuando uno se pone frente a la pantalla a ver esta serie, la selección musical me parece de lo más entretenida, así como los colores, el vestuario y las ambientaciones, muy de las épocas mencionadas, muy del ambiente necesario. ¡Un agasajo visual en todos los sentidos (sí, incluidas las heridas, la sangre, los gestos, las armas)!

Mientras Addy se sigue metiendo a la casa incluso en las noches a jugar a la pelota con alguien que no podemos ver, pero que parece bastante tétrico, Ben idea una forma de volver a Boston sin que Vivian sepa que es a resolver el asunto con su amante, todo esto mientras un grupo de tipos raros intentan ingresar a la casa, con la idea de reproducir a manera de homenaje los asesinatos de las enfermeras; ahora bien, todo esto ocurre mientras en la habitación de Violet se enfría un pastelito envenenado que Constance le regaló, con escupitajo dentro incluido y todo, tenemos además la aparición ya cotidiana de nuestro amigo quemado y de Tate, quien se divierte mirando a Violet dormir y se aparece por ahí para brindar ayuda aunque no se la pidan.

Un goce a la vista, sin duda ¬¬
Estamos ante un capítulo cardíaco en que todos los personajes que hasta ahora conocemos intervienen de una u otra forma, hasta Ben que no hace nada tiene su intervención importante: no hacer nada; luego tenemos a Constance, esa mujer es tan extraña, ¿por qué le pone veneno al pastelito de Violet?, digo... sé que no se lleva genial con los vecinos, pero de todas formas me extraña, al menos que sea su forma de vengarse porque ofendan a su hija cada que se mete sin permiso a la casa, ahora súmenle que igual mete a Addy en una habitación de castigo llena de espejos para recordarle que no es una chica bonita u.u... y que tiene un amante de lo más sexy, joven y... poco inteligente. Luego tenemos a Violet y Vivian debatiéndose contra un grupo de raritos que cuando menos acordamos, acaban metidos en buenas batallas campales, una envenenada por comerse lo que no es suyo, la otra en el sótano cara a cara con quien tanto se emociona en revivir... ¡Paty la enfermera!; y luego de trancazo un hachazo... ¡hachazos!

Pero ya, hablando en serio, me quedé muy sorprendido de lo que hace el tiempo en las personas, pero se mantiene bastante guapetón; más del capítulo, pues no les cuento el final para no decir demasiado, sólo comentaré que las cosas entre la familia Harmon se están tensando más y en algunos puntos ya hay desgarre y que la casa, bueno, ahora sí la casa ya está por verse adornada de nuevo con el letrero de "Se vende" y como dijo la D'Alessio: Se vende esta caaaasaaaa... Ahora bien, en conclusión al cap le doy un honroso 9.3 y quiero que sigan viendo la serie porque es muy buena; yo me paso corriendo al capítuo 3, aunque ustedes se tengan que esperar unos días más en ver la reseña... vean la serie, vale mucho la pena y créanme, cuanto más avanzamos más misterios se vienen.
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