jueves, 14 de noviembre de 2013

¿Qué nos detiene?

¿Es extraño el ser humano, verdad?

Esta mañana, mientras calentaba mis tortillas para almorzar, me di un quemón con el vapor que salió de una, que me dolió hasta la entraña... y pues todo el día anduve así, dolorida; me miraba el dedo cada cierto tiempo, cuando sin querer con una hoja de papel me rozaba la quemadura, entonces me escocía y tenía que, en un acto infantil, llevarme el dedo a la boca para sanar con saliva la lastimadura.

¿Ridículo?... sí, pero muchos somos así.

Apenas un raspón es más que suficiente para que nos quejemos como si hubiéramos perdido un brazo, nos dolemos, nos molestamos; los hay que se cortan y sueltan de gritos, bailan por la habitación chupándose la herida o lloran a lágrima viva como si tuvieran dos o tres años. Los hay que sí, el dolor físico es inconmensurable y toleran todo, menos una herida, una torcedura o un malestar; ese es el ser humano, resistente a toda clase de cosas, heridas, caídas, raspones... resistente a los problemas de la vida diaria, de la existencia social, de la interacción humana... pero frágil en cuestiones físicas incapacitantes...  que no todos son así, claro, pero para los que lo son... ¿sabían que allá afuera, otros seres vivos tienen una capacidad de adaptación realmente asombrosa?





Véanla... ella se supera día con día, ha dado ánimos a los soldados americanos y a cientos de personas ahí donde va, la ausencia de sus patas delanteras, aunque sí, incapacitante, no ha sido un impedimento para que siga con su vida normal y hasta le vemos con su sonrisota ir por ahí, prodigando energía a quien ve; Faith es un ejemplo de vida, de supervivencia y de animosidad, en su corta vida (nació en 2002) ha andado por ahí mostrándose alegremente con su andar erguido, compartiendo con todos algo que a muchos, incluidos los que estamos completos, no tenemos: ganas de vivir, valor para vivir, amor por vivir.




No hace falta estar completos para ser completos, no hace falta estar sanos para ser sanos; la vida está allá afuera, tenemos toda la energía guardad dentro de nosotros, sólo hace falta encontrar un detonante. Para algunos, el detonante es el éxito, en cuanto se sienten exitosos, en cuanto logran sus metas y alcanzan lo que quieren, se vuelven alegres, se llenan de emoción, se crecen; para otros, el detonante es el amor mismo, les basta amar para tener toda la energía del universo, para saltar y alcanzar las estrellas, el amor es la fuerza que se necesita.

Vean a estos dos perros también, ella perdió la vista y sin embargo, guiada por él, sigue con su vida normal, su vida diaria, no se detiene, vive, continúa; esto es vivir, vivir es tener en lo más mínimo el motivo suficiente para seguir, vivir es pese a tener medio cuerpo, no tener ojos o llevar en el corazón, en el alma, en el espíritu una herida, continuar.




¿Vale la pena continuar?, sí, siempre lo vale, solos acompañados, con el cuerpo incompleto, con el alma muerta, vale y siempre valdrá la pena; hay que seguir por uno mismo, por la vida misma, por la energía que nos brota del pecho y nos corre por las venas como un milagro de Dios... nos bastamos por esto para seguir adelante, nos bastamos porque el mundo es hermoso, la vida continua y siempre habrá un mañana y si siempre habrá un mañana... ¿qué nos detiene?

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