viernes, 19 de abril de 2019

"Seguir haciendo todo esto es un asco" (Mujeres Asesinas, México S03E07)

"-¿Pasó algo?
-Ojalá, ojalá hubiera pasado algo..."

Thelma, impaciente

Este es de esos capítulos que lo dejan a uno picado, en serio, Ana Bertha Espín, que es acá la chida, viene y abre plaza con su actuación, se la creemos, se la compramos y se tira en sus laureles a hacer su trabajo con ganas, con calma y placer y simplemente, nos dejamos llevar; así que la historia, el asesinato, la desesperación se la creemos, no es Ana Bertha la que nos fastidia, no, es Thelma, es el personaje, son sus neuras, su inestabilidad, la creemos y la compramos y eso es genial.

Así que dicho eso, hablemos del capítulo.

Thelma es la esposa de un policía en las últimas de su servicio, trabajaba además de estilista con su propio salón, pasa el rato luchando por salir adelante mientras arrastre en sí su tragedia: su marido se gastó los ahorros que tenía para hacerse una cirugía estética en rescatar la casa que casi pierde producto de un mal negocio; Thelma (Ana Bertha Espín) tiene además un amante, un taxista que está de mejor ver que su marido y que la hacer sentir mejor y más emocionada por su vida aburrida y sin chiste, metida en la rutina y aturdida por el trabajo sin chiste en el que está inmersa.

Al parecer las cosas van mal pero no tanto, o al menos eso parece hasta que el marido le anuncia que ya que está viejo y achacoso, va a pedir su jubilación temprana, gracias a que su médico le asegura que podrá ya retirarse a descansar; Thelma no pierde el tiempo, en cuanto sabe de las intenciones de su marido de retirarse se pone una borrachera marca diablo, aprovechando para reclamarle lo de los ahorros a Enrique (Manuel "Flaco" Ibañez) su marido, que de paso le recuerda que no eran precisamente para su vejez, pero ella sigue obsesionada con el asunto de la cirugía que se quería hacer para volverse a ver joven y regia.

Enrique piensa en poner un vivero, su sueño es descansar, vender macetas, hacer negocio, lo que es para él algo bueno, un ensueño casi; Thelma le saca en una charla a Enrique un dato que le da la vuelta a todo lo demás, algo que en lo que no había pensado y que acaba siendo el gancho del capítulo: Enrique está asegurado y si lo matan estando en activo la cantidad que recibirá es tres veces más alta de lo que podría recibir al momento de retirarse. Entonces Thelma deja de ver al marido como algo inservible, para empezar a verlo como un saco de dinero que la volverá rica si se muere en el momento preciso; curiosidad acá: Enrique se da perfectamente cuenta de todo lo que pasa y sí, incluso se huele los planes de su mujer, aunque no sabemos bien si la deja seguir porque no la cree capaz de hacerlo o porque en el fondo, la ama lo suficiente para pensar que no se atreverá a hacerlo.

Es muy interesante, porque Thelma y su amante tienen una relación hasta bonita e incluso cursi, llena de gentileza y arrumacos quizá hasta románticos; además, ella tiene una obsesión extrañísima con su apariencia, con la necesidad por verse mejor, se pone a dieta, come poco, se mide ropa, se pone cremas y maquillajes y su hija se de plena cuenta de cómo todo el tiempo humilla a Enrique, siendo dura, grosera y diciéndole de cosas y llenándolo de reclamos cada vez que podía, haciendo de la vida en aquella casa un infierno para los dos, aun cuando Enrique podía ser bueno, amable, cariñoso y hasta comprensivo.

Bajo el estandarte de estar cansada de su vida, Thelma decide incluir a su amante en el plan y lo convence de asesinar al marido mientras sigue en activo para recibir el seguro, con el dinero, ella podrá hacerse lo que quiere, sus cirugías y demás, mientras que él podrá hacerse del taxi que tanto necesita para seguir trabajando y salir adelante; la hija de ambos intenta por su lado apoyar a su padre todo el tiempo, poniendo sobre el su confianza y su fe, mientras Thelma lo merma con comentarios ácidos e hirientes, llamándolo basura, mofándose de sus esperanzas y dejándolo en ridículo frente a los suyos.

Cuando Thelma deja en claro que no soporta ni el olor de la casa, que tienen la sensación de que todo se pudre entorno a ellos, sabemos que las cosas están en el extremo, la situación es agreste, oscura, están a punto de reventar; unos calcetines hacen una discusión enorme, unos simples calcetines revientan la situación. Es una cuestión de tiempo nada más, pronto Thelma pone fecha y tiende la trampa a su marido, se acabó el tiempo, no hay nada más que hacer. Aferrada al sentido fatídico de su existencia, ella ya no tiene opción, su frustración es enorme, su odio todavía más, esta desesperada sintiéndose vieja y fea, nada tiene remedio y decide actuar.

Mientras le pinta el pelo, Thelma convence a su amante de hacerlo, lo seduce con la idea del dinero que van a obtener si se logra el asesinato, así se pone un día guapa y le hace al marido la comida que le gusta. Esa noche engaña a Enrique para que se quede en la casa mientras ella va a comprar un cachito, porque se siente con suerte, él cuidando los chilaquiles, saliendo ella de casa aparece ahí su amante y le da un golpe a Enrique, la curiosidad es que ella siempre había dicho que su esposo era un cobarde y al amante le sorprende que en realidad se ponga a defenderla y que no, contrario a lo que le había dicho Thelma, Enrique no se asusta e insiste en defenderla, porque es su mujer, porque la ama.

El amante se queda sorprendido y ella de inmediato cambia de bando, exigiéndole que lo mate y como él no se decide, claro, ella toma el arma y resuelve sus problemas después de todo, caída ya estaba su vida, su paciencia, su cara... ya lo había perdido todo y no tenía más caso, estaba harta de aquel hombre y no tenía otra opción que acabar con él de una buena vez, matarlo, ya sólo esa opción tenía, o ya sólo eso quería. Al grito de "Púdrete", Thelma le mete dos plomazos a su esposo y ya, simplemente se siente mejor y liberada.

Es de los capítulos que más me gustan, Espín está maravillosa, uno en serio le cree la frustración, el desespero, de verdad le compramos la locura temporal que le da, la histeria de sentirse desolada, sin nada... desencantada; así que véanlo, yo le doy un merecido 9.5, sé que quizá hasta para más les puede gustar.


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