miércoles, 6 de junio de 2018

"La princesita de papá" (Mujeres Asesinas, México, S01E10)

"-¡Bueno Güicha, pues qué traes!
-Pues es que tengo ganas"

Sandra Trepadora

Este es otro de los capítulos que no me complace ver, de hecho es de los que evito, quizá porque en sí el personaje de Itatí, me parece super molesto; Itatí Cantoral es Luisa o posteriormente sabemos, Sandra, le gustan los lujos y el sexo y tiene bien clarito que tiene que sacarle provecho a la vida, a la par que se busca un hombre que la trate como una princesa, porque su padre la llamaba así siempre y era de la idea de que ningún hombre la merece, porque es la nena de papá y nadie estaría a su altura. 


En esa búsqueda de Sandra por encontrar al hombre perfecto, que la trate bien, que le dé lo que se merece, se casa por lo menos tres veces y se transforma en eso que se conoce como una Viuda Negra; en ese marco, se hace de un marido con una pequeña fondita, uno que tiene una cadena de fondas y el último, un rico empresario con negocios en España.
Pensó envolver al hermano de su marido, que vivía en Europa y pareció caer de inmediato en sus redes (una escena bastante grotesca aquella, esos hombres que se les ofrece la esposa del hermano en el baño de un restaurante y ahí, ahí mero en el lavabo de los baños se la cogen como si nada), pero se encuentra con que es él quien la delata con las autoridades, más que nada porque no soporta la culpa de haberle hecho eso al hermano.

El capítulo es fluido con buenas actuaciones de todo el elenco, en particular de Itatí que siempre sabe cómo llevar la batuta de una villana sin escrúpulos, que aunque inocente sí (porque irónicamente lo era), sabe manipular y decir justo lo que quieren oír sus víctimas, muy a la usanza de la telaraña tendida y de la que no puede escaparse su presa; aunque algunas de las escenas se ven poco cuidadas (insisto, los asesinatos son escenas de sexo que podrían pasar por algo descuidadas o hasta simpáticas... ¡qué caras de dolor-placer!), la verdad es que el vestuario, las locaciones están bien seleccionadas.


Creo que es de esos capítulos que puede uno ver con calma, si le gusta el tema, a mí en general el tema principal como que no me acaba de complacer, así que es de mis menos favoritos, de cualquier forma, pasen, véanlo, entreténganse... y vean lo que puede llegar a hacer una mujer para sentirse especial. Claro que yo insisto, reducirnos al placer sexual es tan limitante, además que nos reduce a seres de mero instinto... de mera satisfacción física cuando existe el placer intelectual... no sé ustedes, pero yo soy de las que puede tener un orgasmo literario, uno culinario, uno musical... en fin, hay tantas otras formas de llegar al clímax, que qué mejor que complementarlas todas, pero en fin.

A este capítulo le dejo un merecido 8.9, que espero les sirva para que lo vean, porque vale la pena, además, de todo hay que ver, ¿no creen?

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