domingo, 4 de marzo de 2018

El sustituto, Reseña

"-Nadie puede matar a veinte niños.
-Nosotros sí, nosotros sí."


Pueden imaginar que un día se les pierde un ser amado, lo buscan y lo buscan, día tras día, esperando que además las autoridades les ayuden a ubicarlo... y un día, así como así reciben la noticia de que lo encontraron, van a verlo y ¡zaz!, no es él, no se trata de él, pero todos aseguran que sí y presionan y presionan buscando que lo acepten, buscando que acaben por admitir que ese desconocido es la persona por la que tienen meses esperando... ¿pueden imaginarlo?, es demasiado horrendo, ¿no?


Pues eso le pasa a Christine Collins, la protagonista de esta película del 2008, Changeling, El Intercambio o El sustituto, dirigida por Clint Eastwood con música de él mismo y basada en un episodio real de la historia de los Estados Unidos, específicamente de la época más corrupta de la policía de Los Ángeles, cuando el mínimo reclamo de la población podía hacer que las cosas se pusieran muy feas; todo comienza con una madre soltera trabajadora que tiene que ir a su empleo y dejar a su hijo por todo un día solo, cuando regresa a casa, encuentra que su hijo ya no está y con ello, da inicio un verdadero martirio.

Primero emprende la búsqueda como haría cualquiera de nosotros, llamando a la policía y pidiendo ayuda, pero la regla de las 24 horas impide que se le dé seguimiento a la desaparición; luego de una noche horrenda, al fin le hacen caso, y empieza la cacería. Al inicio sabemos que se está buscando a un chico, que quizá fue secuestrado y que probablemente no regresará a casa, el seguimiento es largo, doloroso para esa mujer que tiene que integrarse de nuevo a su rutina luego de unos días... Hasta que al fin recibe buenas noticias, o quizá no.

La policía le avisa que encontraron a su hijo y la llevan con bombo y platillo a recibirlo, de la nada le hacen entrega en la estación de trenes de un niño, pero ella ahí, plantada frente al chico y al oficial a cargo, declara que no es su hijo pero claro, con artimañas, con juegos mentales la convencen de llevárselo por unos días, solo por unos días, y así como así, se encuentra en su casa con un hijo que no es suyo y todo mundo diciendo que sí lo es.

La trama se va poco a poco poniendo peor, no mala, sino demasiado tensa, por un lado esta pobre madre tiene que vivir confirmando día a día, vista a vista, que el niño que usa la ropa de su hijo, que come sentado en su silla, que usa sus zapatos, no es su hijo perdido, esto la llena de la angustia de saber que en algún sitio, su hijo está esperando que lo encuentre; por el otro lado, un oficial de policía responde a un llamado y encuentra a un chico que debe ser regresado a su natal Canadá, el asunto es que el muchacho sabe algo que no muchos quisieran saber.

Tras una terrible confesión, el chico le dice al oficial que lo encontró que contribuyó en el asesinato de por lo menos 15 chicos en una granja de Wineville, donde un tipo bastante enfermo de nombres Gordon Northcott terminó con la vida de esos chicos a los que secuestraba usándolo a él como cebo; poco a poco, este caso se va abriendo paso frente a la población, incluso por sobre la policía que intenta encubrirlo ahora que Christine ha hecho todo para dejar en claro ante todo mundo que el chico que le entregaron no es Walter, su hijo y que la están engañando, ganándose con ello un pase automático a un hospital psiquiátrico donde es humillada y reducida a nada por médicos, enfermeras y guardias.

Así, la trama envuelve no sólo la desaparición de un chico, sino un escándalo de corrupción, que cuando al fin es dado a conocer desata una oleada de manifestaciones en toda la ciudad, sólo alcanzada por el juicio del homicida que cae a manos de las autoridades en Canadá, a donde fue a esconderse con su hermana; así, el juicio y la investigación del caso de la Sra. Collins ocurre a la par que el juicio del posible homicida de su hijo, quien al final al oír su condena exclama que él no mató a su hijo, y pide justicia.

El final de la película tiene muchas connotaciones, no estamos frente a un thriller de acción, en realidad es esta una película densa, fuerte y muy envolvente, Eastwood y Jolie logran lo que una buena película con trama tan profunda y exasperante debe lograr: impresionarnos, conmovernos y hacernos empatizar con el caso. En lo personal, es una de mis favoritas, en serio logra conmover y además, nos da una faceta de uno de los casos más horribles de la historia americana, uno de corrupción y alegatos falsos de la policía, pero también nos ofrece otro, el de los desalmados hombres que andan por ahí destruyendo la vida de familias enteras a fuerza de destrozar la existencia de niños pequeños.



Ojalá puedan ver esta película, ojalá se den el tiempo para disfrutarla, no cuento el final para que tengan la curiosidad de verla, porque el cierre no es la sentencia, no es darla la razón a esta pobre madre de familia, el final es más, es saber qué pasó con Walter, qué ocurrió en esa granja una noche...

El final es comprender que hay más tras los asesinatos de Wineville y quizá recuperar la esperanza. Yo le doy a esta película un merecido 9.8... se las recomiendo además y mucho.


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