¡Ay, los finales!... asombrosos o desastrosos suelen ser... El de esta ocasión, habrá que revisarlo para saber de cuál fue, o al menos para intentar catalogarlo en uno de los dos tipos... Comenzamos el capítulo por un Flash-Back, donde vemos las aspiraciones de los Harmon, sus anhelos para cuando se mudarían a la casa... y todo lo que desapareció al llegar a ella; pero la casa no les dio lo que ellos esperaban, se convirtió en su tormento, unos condenados a vagar en ella para siempre, otros a buscar en ella. Así, las dos V, madre e hija, evitan a como dé lugar a Ben, porque no quieren que las vea, para que no se sienta atado a la mansión; pero el pobre hombre necesita de sus dos mujeres y el bebé no le está haciendo el asunto fácil (el bebé que sobrevivió y que obviamente, es el hijo de Tate, pues el suyo, falleció junto con Vivian).
Y así es como el pobrecito doctor Harmon, piensa quitarse la vida para no sufrir, lo que lo lleva a una confrontación con sus dos adoradas muertas y de ahí, directo a la trampa que su dulcísima amante le ha tendido; si usted pensaba que el capítulo tendría al menos un poquito de cordura, pues no, no la tiene, porque pronto tenemos a Ben muriendo tras ser colgado de la lámpara, por ni más ni menos que los fanáticos de los asesinatos seriales... ¡sí, los tres a los que vimos entrar a la casa una noche casi matando de miedo a Vivian!
Así pues, tenemos a la familia completa por ahí, a excepción de uno de los dos bebés y ni más ni menos que a la perrita de la familia... claro, que todo producto de la final venganza de la adorable amante de la temporada, esa pálida chiquilla de ojeras que permanece en el fondo de la pantalla sonriendo malévola; así pronto vemos otra familia en la casa y a Constance huyendo con el pequeñito para tenerlo oculto en el armario. Claro, que a este paso ya estamos en algo así como "la suma de todos los miedos", porque es una vorágine de cosas, que hay que decirlo: pronto cae en el absurdo y la exageración.
Creo que lo mejor de la serie es por mucho el personaje bizarro de Jessica Lange, aunque en muchas de las escenas más locas y exageradas no aparece, sí es necesario puntualizar que está muy bien llevado y de alguna forma, ella funciona como el asta que dirige la inmensa bandera de la historia; verla llevarse al bebé de manos de su ex jovencísimo novio, el chico dalhia, es bastante conmovedor, al mismo tiempo que saber que está ahí para criar a su nietecito. La nueva familia es un agasajo, latinos que se mueven por la casa entre fantasmas y demás, Violet intimando con el muchachito ante los ojos furiosos y celosos de Tate... vamos, digámoslo también, Tate se lleva gran parte de la serie, es un buen personaje aunque bastante loquito... muy loquito.
Claro que la nueva familia es mucho muy diferente de los Harmon, son más deshinibidos, quizá un poco más unidos, menos presionados por la casa... menos poseídos y eso hace que los Harmon decidan protegerlos, echarlos a puro susto de la casa, con plena intención de ayudar a que se salven; sobre todo cuando escuchan que pretenden tener más hijos, y no, en esa mansión, en Murder House no se deben tener hijos, no deben tener bebés.
Así pues tenemos una súper sangrienta secuencia de infundir temor, la nueva familia debe tolerar a los Harmon y compañía recetándoles algunos sustos, con la plena intención de ahuyentarlos, en algo que sí, es demasiado tétrico, pero también demasiado cómico, aquí empieza la comedia; el teléfono no funciona mientras un tipo en traje de látex te ataca, al mismo tiempo, Beau está ahí preguntándote lo que quería preguntarle a su madre, Tate charla con el chico adolescente, claro, para matarlo y que así pueda estar para siempre con Violet, porque por supuesto a ella le gusta el muchacho, ¿no es obvio?
Luego está Moira, joven y hermosa y las enfermeras y... ¿debo decir más?; de pronto la historia es tan bizarra que podríamos ponernos a reír, en serio que sí, a pierna suelta y desternillarnos, porque no queda de otra. La serie es buena la primera vez que la ves, pero como para la segunda o tercera, el asunto es bastante cansino y extraño, empieza a caer en una turbulenta suma de absurdos, sin sentidos y comicidades... si estás viendo por primera vez la serie la encontrarás buenísima, entretenida, pulcra, creativa... pero si ves de nueva cuenta el programa, empezarás a cansarte, a sentirte abrumado de tantas cosas juntas, es como si se sumaran todos los terrores, pero lo hicieras de forma tan equívoca que caen en el ridículo... en un gran ridículo.
Para verla por primera vez, siéntate, ponte cómodo, disfrútala, la verdad es que es de aplauso, disfrutable y entretenida... pero luego no vuelvan a verla, al menos no es unos cuantos meses... debe rescatarse la metáfora final, Tate observando a lo lejos condenado al desamor de quien ama por sus maldades (¡Dios, la declaración de Ben sobre las terapias, es genialosa!... ¡Por piedad, la secuencia navideña es una mentada, es absoluta y completamente rosa en semejante situación!), Violet, Vivian, Ben y Moira como una verdadera familia incluyendo al bebé que murió ahí... y de cierre, Constance y el pequeño "angelito" con la asombrosa y genial música de Kill Bill tres años después y en una historia completamente inquietante... por eso es tan grandioso el personaje de Constance... porque se cumplió su visión de estar destinada a un futuro grandioso... ¿o no es grandioso acaso ser la "madre", "forjada en los fuegos de la adversidad" del anticristo?
Un hecho asombroso es ese final, que merece todos los aplausos... un cierre genial de serie para un no tan genial cierre de temporada, los capítulos no son tan geniales cuanto más nos acercamos al final, pero la historia logra su cometido, entretiene, emociona, conmueve y asusta... en calificación: 9.0 final...
Una gran historia si me lo permiten decir, ¿la recomiendo? SÍ... ¿un clásico? NO ES PARA TANTO, POR DIOS... ¿otra temporada? ¡POR SUPUESTO!
¿Quieres ver los comentarios a los capítulos anteriores?, puedes dar click
en cada uno de los enlaces, aquí los tienes:
No hay comentarios:
Publicar un comentario