jueves, 28 de mayo de 2015

Citando: Zaid a propósito de simbologías políticas

Ahora tan cercanas las elecciones del próximo 7 de junio, valdría la pena hacer una reflexión sobre lo que ocurre aún en este tipo de eventos, partidistas, políticos, culturales o sociales, porque aunque digamos que no siguen siendo factor predominante de la forma de vida en México; nos guste o no, dependemos en gran medida de esas épocas de elecciones en que todo se mueve más ágilmente y parece de cierta forma más “vivo”… admitámoslo, hay trámites, programas sociales y otros sucesos que sólo ocurren cuando está de por medio el ganarse un voto.





Por eso también vale la pena darle una repasada a lo que trae consigo, más que nada por los muchos símbolos que vienen sumados a los movimientos partidistas, que si las despensas, que si los apoyos, las mercancías, las playeras, los copetes falsos, la computadoras portátiles… pero no todos los símbolos de los eventos políticos son en realidad manifestaciones del trueque monetario de las fechas, hay otros símbolos, los gritos, las porras, las señas… las reales evidencias de convicción y entrega, esos gestos y esas muecas que despiertan la parte más pura y más honesta de la política… porque no hay partido que no tenga en sus raíces al menos algo de puro que no haya sido manchado con un doble significado o una oscura intención… ¿o sí?



“De ahí la importancia de una simbología transparente. No hay mexicano acarreado a las manifestaciones populares de hace veintitantos años, que no sepa lo que era hacer la V de la Victoria con dos dedos: cerrar el trato por dos pesos que pagaba el Partido a cada manifestante popular.”*



No, no… si todos los símbolos políticos son puros, honestos, reales y entregados al bienestar social… ¿verdad?




*Zaid Gabriel, De la posible significación épica de la aliteración labiodental en el Canto a Morelos de López Bermúdez, en Cómo leer en bicicleta, pág. 110, De Bolsillo, 1° Edición 2009, México.
Citado acá sin fines de lucro... sólo para ilustrar y comentar.

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