domingo, 4 de mayo de 2014

Cuestión de paciencia...



¡Ah!, el amor... la de tácticas que hay en el amor, desde el típico crédulo que cae en todas hasta la poco convencional seductora que no cae en ninguna, pero cómo hace caer; el amor es el mal y el bien, el placer y el sufrir... pero ¿cuál es LA táctica más efectiva o con mejores estadísticas en el amor?

Por años... bueno, por meses a decir verdad, lo he venido pensando, cuando se trata de enamorarse uno suele tener por táctica el gozar y el pensar que va a terminar mañana, así que por eso hay que ponerle mayor intensidad al asunto y agarrar al toro por los cuernos; pero cuando no es enamoramiento, cuando se trata de algo más profundo, uno hace planes a futuro, traza su destino y organiza su vida. Entones, en esos momentos, es que se busca justo la táctica adecuada, la que a muchos y en lo personal me fascina, una cosa que a pocos les gusta, que la mayoría desea pero que muy pocos pueden presumir:

La paciencia.





Me atrevería a decir, por experiencia propia, que la paciencia es la mejor de las tácticas cuando se ama, la paciencia abre puertas que la premura, el deseo o la pasión definitivamente cierran a piedra y lodo; la paciencia no sólo es la forma para tocar las venas sensibles de nuestro ser amado, o la herramienta perfecta para asegurarnos de escabullirnos correcta y efectivamente dentro de su cabeza hasta volvernos imprescindibles, vamos, no sólo es el arma con la que destrozamos los candados que nos impiden tocar el corazón deseado hasta el fondo. 

La paciencia es también la mejor forma de reconocer cuando de verdad alguien nos importa, cuando esa persona es algo que no puede entrar en la clasificación de nadie más, porque tiene una autonomía casi absoluta dentro de la masa densa y ardiente del corazón; cuando uno nota que es paciente con alguien, que aprende, que está dispuesto a reprobar y a llevarse a recurso, a aprobar y a repasar una y otra vez lo mismo y simplemente no se siente fastidiado o al borde de la desesperación, es que esa persona importa.





Han llegado a preguntarme: ¿vale la pena esperar tanto por alguien?, ¿tenerle tanta paciencia a alguien?, bueno, si ya descubriste que desarrollaste la paciencia, ese tipo de paciencia para esa persona, que esa virtud que no la tienes con nadie más de pronto te brotó para su exclusividad... ¿no es esa una pregunta un tanto obvia?


2 comentarios:

  1. Esperar por quien quizá no quiere estar? Hay que tener paciencia infinita

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    1. No se espera por el otro, la espera es propia; la espera es de uno y es ella la que le saca o le hunde más... es una cuestión de "aprendizaje"... esperar es "aprender"... algunos, en la espera, aprenden y dejan de esperar o comprenden que están esperando algo que no llegará y eso les basta para cambiar la espera de ese "quien" hacia la espera de algo que realmente necesita :P

      Gracias por comentar.

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