domingo, 12 de julio de 2020

En la tierra del maple I

Un día como hoy de 2019, en una etapa muy extraña de mi vida... amanecí en tierras canadienses...

Esto es un poquito de lo que pasó entonces

El viaje lo planeamos con tiempo de antelación, unos meses, para ser precisos; mi hermana a la que sigo estaría en Toronto unas semanas por el trabajo de su esposo y la idea era que mi hermana mayor y yo, viajaríamos para encontrarnos con ella en la primer quincena de julio, acompañadas por una amiga. Dicen que si quieres hacer reír a Dios le cuentes tus planes. Pocos días antes de nuestra partida, once para ser precisos murió mi papá, así que el viaje se volvió un imposible; mi hermana viajó de regreso para poder estar en el sepelio y mi hermana mayor decidió que ir a Canadá apenas terminando el novenario de mi papi no era una buena idea.

Y no, no nos sentíamos con ánimos para ello.


Pero, para ser muy precisa y honesta, nos ocurrieron dos cosas: cancelar el viaje resultaría más costoso que el viaje mismo, la amiga de mi hermana no podía enfrentar el gasto que esto implicaba y decidió que mejor viajaría, así tuviera que hacerlo sola; en una intervención por parte de mis dos hermanos (mi hermana había vuelto de Canadá para el sepelio como dije, y su esposo se había quedado allá por trabajo), de mi madre y demás familiares, empezamos a considerar el mejor ir al viaje.

Y nos fuimos.

No lo voy a fingir, viajar así, dejando a la familia con el luto, cargando la realidad de que volverás a casa para no encontrar a alguien tan importante... la idea de que no irá a dejarte al aeropuerto como siempre hizo, ni a recogerte como siempre hacía... es duro. Pero nos fuimos.

A veces me siento frívola cuando hablo de esto, como si hubiera hecho mal al irme... no quiero decir que no tenía opción, porque sí tenía, pero sí quiero decir que no me fui como si no sintiera la ausencia o no me doliera mi papi, claro que me dolía, horrores, demasiado... pero también creo que puedo decir que estuvo presente en cada cosa del viaje, nos acompañó, a cada paso su memoria, el recuerdo, se quedó con nosotros; así que el viaje fue muy bello, productivo, hasta divertido. Y papá siempre estuvo con nosotros.

Recorrimos Toronto, no voy a decir que lo vimos todo, porque mentiría, pero visitamos muchos lugares muy lindos, fuimos a Casa Loma, que es un castillo precioso, con un aire antiguo y toda esta heráldica de la zona, fuimos al Acuario de Ripley, donde vimos cosas en serio increíbles, yo salí enamorada de las mantarrayas, Dios mío, es la cosa más fascinante que he podido ver, que he tenido oportunidad de tocar, son unos animales fascinantes, revoloteando en aquel enorme estanque, saltando para que uno los acaricie como si fueran perritos... es hermoso.

En la Torre CN me tomé esas geniales fotos con la bandera acoiris, en nuestro primer día, disculpen si cuento todo esto en desorden, pero debo empezar a llevar registro de mis viajes, porque luego caigo en cuenta que lo olvido, olvido detalles, orden de acontecimientos y eso es muy triste... si no fuera por las fotos, ¡qué horror!... pero bueno, el primer día comimos un delicioso Ramen en un súper lugar de nombre Hokkaido Ramen Santouka que juro que todavía me saboreo y me arrepiento de haber dejado un poquito en el plato cuando fui incapaz de terminar la ración entera; probé tantas comidas nuevas en este viaje, que creo que fue lo mejor de él, comida griega, comida árabe, afgana... en fin... fue increíble de muchas formas.

El viaje a Toronto no se quedó sólo ahí, también tuvimos oportunidad de ir a Québec, fuimos a Montreal y nos paseamos por las Cataratas del Niágara, así que vimos muchas cosas muy geniales, conocimos lugares espectaculares y aprovechamos para practicar un poco nuestro inglés, pero claro... como el mío es tan pobre como mi francés, entonces creo que la cosa no fue realmente muy productiva XD

Una de las mejores cosas del viaje fue la oportunidad de movernos por una ciudad desconocida, fuimos en metro, usamos autobús, porque nos hospedábamos en una zona alejada de la ciudad, para ser más exacta en Mississauga, cerca de Toronto en una zona llena de empresas; así que nos tocó vivir una experiencia muy padrísima... ¿les hablaré más de esto?, sí, lo haré, en la siguiente entrada al respecto, con más fotitos y un poquito más del tema. En fin... viajen, conozcan, disfruten del mundo que es maravilloso e inmenso y que vale la pena hacer sacrificios (aunque largos :P), sobre todo para guardar lo más hermoso que existe: memorias.

Después de todo, ahora mi papá es eso, memoria... y lo amo, donde esté... y me faltará siempre y gracias a él también por esto. Gracias.

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