Por si tienen alguna duda, a estas alturas del partido ya estamos por terminar la serie, la trama nos lo va diciendo, el siguiente capítulo va a alojar lo más denso de la historia, ahora sí se vienen las verdades crudas... claro, como si no hubiéramos tenido en las anteriores, ya sé. ¿Ya les comenté que la música de la serie también es muy buena?, vamos a encontrar en general una buena colección de rolas muy ad hoc con la situación social y política, además de temas de la época que en serio, causaban escozor en algunos y que inspiraban a otros.
Por cierto, que si a estas alturas de la serie no se han ido a escuchar el intro... en serio merecen que les dé un fuerte zape, vayan a oírlo, porque queda de poca...
Episodio 7: Solución Final

El rector de la Universidad al ver los destrozos y la toma de las instalaciones con suma violencia, toma la decisión de renunciar, lo que hace que los jóvenes se sientan cada vez peor, más presionados mientras están ocultos y conflictuados entre ellos, los roces no se dejan esperar, la cosa se va poniendo más caliente; Ordaz recibe los consejos de sus compañeros de gabinete, lo mejor es mantener al rector, lo mejor es controlar las masas desde la negociación, el presidente es claro, la Olimpiada es lo que le tiene desquiciado, es una locura provocada por el compromiso internacional, si no fuera porque todos miran, las cosas podrían solucionarse diferente, por debajo del agua, eliminando estorbos. Soluciones rápidas y ya.

Y de repente en la serie nos filtran una trama sexual... un chantaje viene en puerta, aunque ya luego sabremos bien porqué, la realidad es que es el pretexto para poner una escena de sexo, porque como no habían puesto alguna, pues ya saben, no nos vayamos a aburrir aunque la conspiración y todo lo demás, esté muy bueno; Beto y compañía necesitan que aparezca Alicia, que ya sabemos está muerta, pero se necesita mínimo que llame o algo para que se calmen un poco las cosas y los muchachos puedan seguir adelante. Finalmente el hijo de Barrientos se casa y eso nos deja ver lo que realmente le importa a él, que sus hijos salgan adelante, pero sobre todo que sean su legado, cosa que al menos él, el abogado aceptado en Harvard, no va a poner en práctica.

El plan es sencillo, Ordaz tiene que sentir que las Olimpiadas corren peligro y ahí, el único que podrá dar solución al movimiento será Luis Echeverría, no Corona del Rosal ni ningún otro presidenciable, únicamente el Secretario de Gobernación. Y el plan se pone en marcha. Es aquí cuando uno se pregunta qué tanto de lo que vemos es ficción, vemos el chantaje sexual, vemos el secuestro de un deportista extranjero y así, poco a poco, se va tejiendo la tragedia, el plan es encender las cosas, pronto las instalaciones olímpicas están bajo ataque, supuestos estudiantes empiezan a realizar acciones violentas, que no hacen otra cosa que asustar a los incluidos dentro de la organización. Al cabo de poco, Ordaz también está preocupado, y así como así, se consolida la idea.

Un ataque certero, un ataque único y fuerte: así como así el presidente es tajante: tienen 48 horas, para resolver el problema. Y el gabinete se queda de a seis. Esto se va terminando, así que vamos llegando a lo bueno, las cartas están sobre la mesa, es cuestión de horas para que miles caigan, cuestión de tiempo para que el movimiento sea decapitado. El siguiente capítulo es crucial.
Este capítulo, salvo por el innecesario show sexual, me gusta bastante, su calificación es de 9.4, definitivamente es el que cierra filas y perfila lo que será el más importante de todos. Y sin más, allá los veo.
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