Cuando volvemos los ojos a la vida de muchas de las familias que radican en la capital del país, nos encontramos que aunque absurdo, no son muy diferentes a la Familia López; las similitudes se resumen a cosas tan simples como el vivir en espacios reducidos, el tener constantes complicaciones económicas y también y por supuesto, el tener un vivaz sentido del humor (a veces la tragedia social, familiar y económica de familias enormísimas no puede sino verse con comicidad y en México, todo se ve con comicidad, en el mundo entero lo saben).
Cosas absoluta y completamente cotidianas en México son la incertidumbre de no tener trabajo, no saber si se comerá bien o mal, si el techo sobre la cabeza se perderá o los hijos que se tienen, pueden o no considerarse con un futuro. Sí, podemos caer en el exagerado, pero de que existen personas que la pasan así de feo, existen y más de un padre o jefe de familia se siente todos los días como el pobre de Plácido, tentado a contestar a la pregunta "¿Cómo te fue hoy?" con un enorme: Mal, muy mal, ¡a mí siempre me va mal!Por eso no es raro creernos que pase lo que en este segundo capítulo, Plácido corre a reclamarle a su patrón, ahora consuegro, que ya que él sí tiene los medios, se ocupe de Gabriela y Plutarco, que se han casado y esperan un bebé; pero no, su jefe, Don Justo no tiene planes de ayudar a su empleado y se niega a recibirlo, así que Plácido debe regresar a su casa, mordido y aporreado por los perros chihuahueños de la casa de los Del Valle. Así que ahora, el pobre hombre debe aceptar que su hijo viva en su casa junto con su ahora nuera, aunque se teme que ese matrimonio no fuera del todo legal (eso de brindar con jamaica...); mientras Plutarco y Gaby hacen gala de su brillantez perdiéndose en la encomienda de comprar un periódico para buscar trabajo, Plácido debe enfrentar la amenaza de su jefe, que sentencia que si no le devuelven a su hija, acusará a Plutarco de secuestro.
La familia es un agasajo, hay cada chiste tan divertido que se acaba uno riendo de cada tarugada...
-De seguro los muchachos decidieron dar un paseo por el parque, para darse sus besitos como tú y yo cuando éramos novios.
-¿De qué hablas mujer?, si tú y yo nunca fuimos a un parque a besuquearnos, ¡yo soy alérgico a las popós que dejan los perros en los parqués y se vuelve po-polución!
-¿No?
-¡Nunca!
-¡Ah, pues entonces te confundí!
Así mientras piensan cómo se soluciona el problema de Plutarco y Gaby, la familia se dispone a pasar la noche, entre confusiones, juegos de palabras, imprudencias de madre/suegra y exabruptos de Plácido; además, como si fuera poco, descubrimos que el abuelo, más que padrino de Tecla, ¡podría ser su padre!, y sí, es que los dos se dan un parecido que peca. Sin más ni más y en plena noche Gabriela y Plutarco se escapan de la casa con la intención de suicidarse antes que permitir que les separen y les arruinen su amor, la familia sale a buscarlos, sólo para encontrarlos en un parque, ni más ni menos que "des-pidién-do-se".
¡Oh sí!, des-pi-dién-do-se... acá, como dice Martina, cuchiplanchando, por lo que estaban detenidos por la policía por faltas a la moral.
(jajajaja, me encantó este Gif XD)
-Lo siento mucho, pero voy a hablar inmediatamente con tu padre... lo siento mucho, Gabriela.
-¿Te llamas Gabriela?... ¡Gaby se llama Gabriela!
El capítulo termina con un arranque de valentía de Plácido, quien se decide a apoyar a su hijo y a su nuera, se niega a que su jefe le amenaza con el asunto de acusarle de secuestro si no devuelve a Gaby y envalentonado, además renuncia a su trabajo; esto deja a la familia en una situación aún más precaria de la que ya tenía, pero a todos muy felices por el nuevo miembro que se suma y la espera del próximo bebé. En lo personal, un capítulo muy divertido, creo que en calificación le daría un 9.3... así que no se lo pierdan y corran a verlo, pueden encontrarlo en Netflix o en Youtube, acá abajo les dejo un Link.
Créanme, es un humor bastante peculiar :P
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