miércoles, 28 de octubre de 2015

Música y Traslado VI

"Así, enamorada, 
entrégame tú la caricia suprema de amor...
con luz en la mirada, que ahuyente esa lágrima tuya 
y olvide el rencor...
Así, enamorada,
escucha esta canción que es para ti
y deja que esta noche apasionada,
el mundo juzgue locos a los dos."

Hay unos ojos que si me miraran harían que todo, absolutamente todo lo malo de mi pasado y todo lo bueno, se suspendiera en un instante nuboso que me los ocultara, porque nada, absolutamente nada importaría más que contemplar esos ojos; podría quedarme viéndolos y ahogarme en su brillantez...

A veces, me quedo contemplando esos ojos y puedo verlos en muchas facetas gracias al mundo actual... les veo esa opacidad del sueño, o la opacidad de estar despertando por la mañana... puedo verlos también ansiosos y alertas... y a veces, puedo verlos serios, profundos, devoradores y absolutos...


Pero cuando me los encuentro tristes, una herida añeja como mi nacimiento, nueva como el amanecer de cada día, se abre abrasadora y rabiosa me muerde el corazón... y mis ojos se ponen tristes también.

Pero entonces, vienen esas imágenes de esos mismos ojos, ahora felices, libres, incontenibles... maravillosos y maravillados por lo que sienten y de alguna forma, la herida deja de existir y se arrastra hasta la oscuridad del olvido, muy adentro en mi cabeza para dar paso a una "falsa" idea de que nunca existió... y sí, nunca existió, porque esos ojos cuando están felices y los miro, liquidan toda posibilidad de tristeza, toda insinuación al menos de dolor o de pena...

¡Ay que esos ojos son toda mi felicidad!... no se diga si les veo amando, amantes, amados... ojos enamorados, ojos niños plenos de inocencia, gentileza y dominante amabilidad...

Dios colme a todos de la oportunidad de ver los ojos amados enamorados... Dios colme de la bendición de detectar en los ojos añorados la felicidad y el amor...

Porque jamás es una mirada tan joven, tan basta y tan dulce y gentil, que cuando el amor le florece desde dentro... que cuando es reflejo solita de que su corazón crece y se libera...

Dios les bendiga siempre, con el reflejo del amor en los ojos.




Y Dios te bendiga, amor mío... que siempre, siempre, te deje encima amor... enamórate siempre... enamórate mucho... recuerda: tienes mucha vida por delante... ¡y mucho amor!

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