miércoles, 8 de julio de 2015

Mentadas: Día de Reyes en Apatzingan

PRECAUCIÓN:

Esta es una de las pocas entradas en que me he sentido en la necesidad de mostrarles fotografías reales y sin censura... disculpen las molestias que esto pueda causarles.

Estás sentado en una fondita, comiéndote cualquier cosa, seguramente algún guisadito que te llamó la atención, te llevas la tortilla a la boca, ese rollito de maíz arenosito, caliente, y te bebes un trago de refresco, mientras miras agachado lo que va quedando en el plato... entonces escuchas un rafagazo, una serie de tronidos que más parecen "palomitas" que otra cosa, te vuelves mascando lento y calmo la mordida que le diste al taco y alcanzas a distinguir las camionetas a gran velocidad que pasan por la calle a tu espalda; te levantas como pasmado, poco a poco mirándolas pasar, oyes nuevos tronidos pero no captas lo que son hasta que ves a la gente tirarse al piso, hasta que salta un pedazo de concreto del muro del otro lado de la calle, hasta que te vuelves con las manos levantadas y se te sale la comida de la boca, porque te entró una bala por la espalda... y sólo se te ocurre mirar el plato, mirar el plato que te costó treinta y cinco pesos junto con el chesco, y a lo mejor ya no te vas a acabar.

Y esto pasó en Apatzingan... una mañana normalita de enero, una mañana en que se les ocurrió agarrar palos e ir a liberar a los que llevaban presos por manifestarse en la plaza principal y a los que habían detenido arbitrariamente en una noche de tiroteo y asesinato; era una noche y una mañana como cualquier otra y sin embargo se vio sembrada de cuerpos en un ratito, sin que se supiera por qué o para qué.

En México el pensar diferente es crimen, así lo demuestra que una manifestación pacífica sea disuelta a punta de metralla y con balas expansivas; en México, sobre todo en el sur, es un delito castigado con muerte reclamar por tus derechos o defender los de los demás, ser diferente y estar en el sitio menos adecuado al momento justo, se castiga con heridas mortales y con desatención médica, también con que manipulen tu cadáver y te hagan pasar por delincuente.

En pocas palabras, vivimos en un país donde a conveniencia eres víctima o victimario y donde, necesariamente, la verdad depende de quién esté del otro lado de la mira de un arma larga; basta mirar el caso del que les hablo y cuyas fotografías pueden ver aquí, para darse cuenta de la gravedad de la situación, hablamos de personas que se manifestaban en una plaza pública por la noche y fueron acribilladas por Federales, hablamos de un traslado ilegal de heridos y detenidos de ese primer ataque, traslado que fue interrumpido por gente armada con palos y que siguió al convoy en camionetas, sólo para verse luego muertos y acusados de ir a "intentar rescatar vehículos incautados".

Cuerpos desangrándose en las banquetas, personas ultimadas a tiro de gracia que para su mala suerte quedaron con vida y fueron trasladados a hospitales, donde de todas formas no se les dio la atención necesaria (e imposible de brindar) y acabaron muertos; heridos que pudieron haberse salvado, pero fueron trasladados a hospitales a más de dos horas de camino del sitio en que fueron agredidos. ¿Cómo es que en un tiroteo caen más heridos por fuego herido que por fuego enemigo?, ¿cómo es que te ataca un grupo armado y no hieren a nadie de tu grupo, pero sí se matan entre ellos?

En México se identifica fácil a los culpables, sobre todo a las cabezas principales que en un intento por "capturar delincuentes", van por las calles matando gente inocente; a esos culpables los premiamos dándoles la dirección de otras oficinas... ¿Quien dirige hoy día el deporte en nuestro país, si no un sujeto que no se tienta el corazón para mentir sobre el número de víctimas o la forma como murieron?

En México, delinquir se premia cuando se está protegiendo la imagen de un gobierno inútil e ineficaz, que aceptó dar respaldo en muchas ocasiones a grupos delictivos pequeños o armar a gente sin preparación y necesitada, con la intención de detener a poderosos narcotraficantes; contratemos ratones para cazar ratas... a fin que cuando los ratones crezcan, sólo tenemos que matarlos. 

Y si no todos son ratones o se nos va una bala perdida hacia alguna pobre ardilla, ¿qué más da?, al final todos son roedores, ¿verdad?


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