-... puede ser de otro planeta y haber volado hasta aquí.
-¿Como Superman?
-¡Sí, exacto!... espera... ¡¿tú sabes quién es Superman?!
-¡Oh Dios mío!... ¿tú sabes quién es Superman?... ¡Woooo!, tenemos un vínculo muy especial... ¡Espera!, ¿Y sabes quién es Garfield?
"Monstruoso" es el título que se le dio en muchos países a esta, por favor, déjenme decirlo así, excelente película, claro que aunque sí, el título le cae pero que ni anillo al dedo, como que de todas formas me quedo con el título en inglés, que aunque no tiene mucha relación, tiene una fonética más seductora (y no estoy diciendo con ello que me gusten mucho las palabras en inglés, sólo puntualizo que en este caso Cloverfiel, suena mejor que Monstruoso que es más profunda y oscura); pues bien, les estoy hablando de otra famosa película "encontrada", ésta vez es una cinta de horror enfocada en la ciencia ficción muy al estilo de cintas viejas como King Kong o Godzilla, ya saben, una enorme criatura enfurecida (en este caso espantada) ataca sin tregua a la ya tradicional Nueva York, lo que me hace preguntarme si esta metropolí tendrá algún imán para criaturas mutante-extraterrestres o simplemente pasan por alguna tiendita, piden un mapa y de casualidad dicen: ¡Hey, este sitio parece genial para instalar mi madriguera!
Dirigida por Matt Reeves (Director y guionista de la versión americana de Let me in, que espero reseñarles prontito) y producida por J. J. Abrams (recordemos su fantástico trabajo en Lost), Cloverfield sigue la tendencia actual de las cintas muy a lo cinéma vérité, en que nos ponen en los ojos de los protagonistas y vivimos todo desde la visión de las, en este caso, víctimas de semejante suceso trágico; la cinta es ambientada en Nueva York en su totalidad, recorre distintas locaciones en su mayoría calles y túneles, y nos proporciona una impresionante visión de lo que sería ver a semejante ciudad hecha pedacitos. Me atrevo a decir que una de las escenas más emblemáticas de la película es el momento increíble y casi surrealista en que la cabeza de la Estatua de la Libertad pasa rodando por la calle, llena de arañones y golpes; confieso que ver esta película me ha dejado un excelente sabor de boca, no sé, ha significado mucho más contenido y emoción que películas que ya reseñé y que están hechas en el mismo tono, como Fenómeno Siniestro o Con el diablo adentro.
La trama es en realidad bastante simple y tiene varios errorcillos que creo necesario puntualizar, los protagonistas se encuentran en una reunión, tipo fiesta de despedida para uno de ellos que ha sido ascendido en su empleo y será enviado a Japón, al principio es sólo la filmación de la "pachanga", los amigos dando mensajes de despedida y ánimo y demás, luego nos adentramos un poco más a la historia individual y nos enteramos que el protagonista, Rob, se encuentra ligado a Beth por un amor ya añejo, pero que además pasa por un mal momento y les vemos peleados; el nudo de la historia comienza con un temblor, una explosión y sin más ni más, todos estamos escondidos en una tiendita viendo una nube de polvo y escombro invadir las calles, mientras el lento y pesado andar de algo enorme se escucha haciendo vibrar hasta la más rígida fibra de frialdad en los espectadores. Aunque estamos presenciando algo muy similar a Godzilla, el simple hecho de estarlo viendo todo desde la cámara en manos de Hud, le da a todo un peso de mayor realidad que va mermando la tranquilidad que teníamos encima; los constantes movimientos, el viaje por salvar a Beth una vez que nos enteramos que está mal herida y la perdida de personajes entrañables (bueno, Jason obviamente era el líder del grupo, hasta que claro, el pececillo le da un aletazo y acaba muerto y por supuesto, la sensacional Marlena que en un sólo diálogo con Hud se gana mi absoluta admiración y pasa para ser de mis personajes favoritos) nos van envolviendo de modo tan efectivo que realmente la cinta absorbe y lo mejor, conquista.