ROMA
Voy a decirles lo que me pasó con Roma, primero que nada, como me enfrente a ella, porque creo que de ello depende lo que voy a decir...
Cuando Pam y yo planeamos nuestro fin de semana asistiendo al Festival Internacional de Cine de Morelia, pensamos que podríamos asistir a verla, eso al menos cuando el plan se consolidó y fue un hecho, luego claro, nos dimos cuenta que la película se iba a exhibir entre semana y eso ya nos dejaba fuera; Pam intentó conseguir boletos para ir al estreno, pero no, a horas de salir a la venta ya estaban agotados y no nos quedó más que esperar...
El trailer de la película era poderoso y decía todo: Roma sólo podía ser vista en cine, así viniera en Netflix envuelta como regalo, no, no... Roma es de cine o no es.
Y no obstante fue ROMA.
Lloré, sí, me destrozó como pocas películas han logrado hacer, me llenó como pocas más se pueden jactar, esta me encantó porque sobrepasó lo que esperaba de ella y sedujo de forma tan familiarmente íntima a mis sentidos.
ROMA es mía.
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¿Y Roma qué?, ¿eso qué?, ¡si no pasa nada!, es chacha y acaba siendo chacha todavía.
Y qué doloroso es oír eso, qué escozor, qué brutal... e incluso eso, es la magia de ROMA.
Cuánto vacío habita en las personas que esperan que en ROMA la "chacha" deje de serlo, me parece que están esperando a que como en María la del Barrio, la pobre marginal pase de eso a millonaria en un santiamén a fuerza de besos con Colunga y lagunas mentales, qué vulgar y que nimio si esperan eso... y lo digo en el buen sentido, vulgar por pensamiento corriente y sin más anhelo o crecimiento y nimio, porque es esperar demasiado poco y conformarse con bastante nada.
Alfonso vino y nos mostró su infancia, tomó la ciudad que ama y la sacudió para llenarla de pasado y lejos de hablarnos del niño que narra sus vidas pasadas, se enfocó en contarnos la tragedia de la nana que lo amó; ROMA es una oportunidad para crecer desde la vida del otro y eso la vuelve imprescindible, para México y para el mundo.
Mañana ROMA se lanza al vacío, sé que triunfará en esta caída, pero si no lo hace, a mí ya me ha regalado parte de esa memoria infinita que es el arte, el cine, el corazón...
Y mi México que fue, es y será siempre maravillosamente hermoso.
¡Aplausos y véanla, ¿qué esperan?!
Ah, y no es esto una reseña como tal... es sólo... una expresión candorosa de alguien a quien le duele el corazón con tanta emoción junta.
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