"Él me dijo que me iba a comprar una muñeca
si le daba besitos, pero que no te dijera
porque te ibas a enojar y ya no me ibas a querer...
y me dio miedo, mami."
Julia Encubridora
Pero hablemos del caso, antes de seguirme por la línea de lo que es mi opinión personal:
Nuestras protagonistas comparten nombre, y no sólo los personajes, sino también las actrices y son dos de las grandes, tenemos a Angélica María y a Angélica Vale, madre e hija compartiendo roles, son madre e hija que tienen una relación por demás tirante; Julia, la madre, va por la vida buscando relajarse, es una mujer de dinero que gusta de salir por ahí, conoce a un muchacho guapo y se enamora de él, claro, que hay que mencionar que el muchacho no es cualquiera, es su entrenador de gimnasio. Julia, la hija, vive encerrada en su casa, finge que sale a trabajar, pero lo cierto es que se la pasa metida con los sirvientes de su casa, el chofer, el cocinero, el jardinero... en fin, lo que va saliendo.
Julia, madre, acusa a su hija de estar enojada, de tener detrás de toda aquella rabia y celo, una vena de envidia, como si los problemas entre ambas se basaran en que le quería bajar el marido desde el inicio; claro, es que cada amante de Julia, hija, la ha creído loca, cuando lo que en realidad ocurre es que se trata de una chica perturbada por su pasado, por lo que uno de los muchos amados de su madre le hizo. Jajajajaja... el capítulo es bueno, uno puede apreciar a las dos Angélicas en su ambiente, claro, hay sus momentos extraños: las escenas de romance de Angélica María son como pesaditas, no porque no le salgan, sino porque ya la vemos (y no aludo a su peso) pesadita, lenta, abotagada, mientras que a Angélica Vale la escena de la risa loca luego de por fin presentarse con Marco, es tan exagerada, que en serio, sólo puede pasar por locura.

"A veces pienso que todo llega demasiado tarde" dice Julia a Marco la mañana de su muerte, cuando él le pregunta porqué le mintió al decirle que su hija había muerto y confiesa que cree que ella misma la mató hace mucho tiempo; el capítulo es una batalla entre dos mujeres, una es una hija desesperada por conseguir el amor de su madre, por conservarla sólo para ella, por conseguir su afecto y su compañía total. Es una guerra constante por asumir culpas o quitárselas de encima, Julia confiesa pensar que su hija provocó a su esposo, que ella le orilló a violarla cuando era apenas una niña, y es justo esa acusación contra su hija, la que desata la monstruosidad entre las dos.

Un niño abusado que no es tratado y que no recibe apoyo y comprensión, que no es sanado con amor, asume el acto del que fue víctima como su responsabilidad y su culpa, vive con ello y si no se le atiende, entonces lo lleva a extremos monstruosos; este es un buen capítulo, lleno de drama real, crudo y lacerante, millones de niños viven el día a día de cargar con este peso, miles de niñas sobreviven y sólo encuentran tragedia tras ser víctimas, pasando de eso a buscar venganza o sobrevivencia a como dé lugar.
Hay que aplaudir el trabajo de las dos actrices en un capítulo doloroso, que levanta escama pero que revela la verdad de muchos, la vergonzosa verdad a la que nadie quiere ver a los ojos, pero existe; es un gozo ver a las dos actrices hacer este gran trabajo, no se van a arrepentir de verlo, vale mucho la pena... yo le doy un glorioso 9.8...
Cada chica abusada, cada víctima de violación, es alguien que merece de todo nuestro apoyo... callar, acusar a esas niñas de provocar es ser cómplices de uno de los actos más monstruosos que existen, porque nada hay peor que romper la felicidad de un niño y obligarle a madurar a fuerza de culparle de algo que ni provocó, ni buscó... el abuso sexual infantil debe parar. Y en ese sentido, este capítulo puede ser de ayuda para dar voz a las víctimas y fomentar la prevención.
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