Esta segunda temporada vio la luz en julio de 2009, compuesta por trece capítulos, algunos protagonizados por actrices que ya habían aparecido en la temporada anterior y que vienen a repetir en tramas que uno puede aplaudir con ganas; quiero hacer mención especial al tema introductorio de la serie, que quedó a cargo de Gloria Trevi y que es un agasajo que vale la pena escucharlo, además, el diseño de los intros y cortes de comercial se ven espectaculares y el vestuario para las introducciones, formidable... Pero, vamos al primer capítulo, que sé lo van a encontrar perversamente delicioso:

Clara fantasiosa
Clara, interpretada por Edith González es una mujer con un caso de celotipia tremendo, no sólo está obsesionada con la posibilidad de que su esposo la engañe, sino que pasa el 100% de su tiempo concentrada en vigilarlo, le marca a todas horas, le manda mensajes, revisa el correo no sólo de su casa, sino incluso el de sus vecinos, los persigue, los acusa y llega incluso a aparecerse por la oficina de Eduardo, convencida de que su marido la engaña con una supuesta Beatriz; pero Beatriz es un producto de su imaginación, no existe, es un invento, como podría haberse inventado a una Guadalupe o una Hortensia, simplemente eligió a Beatriz al azar y de ahí se agarra.

La supuesta "Beatriz" tiene que aguantarse los aspavientos de la vecina loca, aunque insiste e insiste con su suegra, con el cuidados del edificio y hasta con el mismo Eduardo, en que Clara es peligrosa, pero acá pasa lo que vamos a ver mucho en esta temporada, una carga increíble de incredulidad, de ignorar a los que sufren, de pasar por alto sus llamadas de alerta; nadie escucha a la pobre mujer, nadie le quiere creer, piensan que Clara es sólo una vecina confundida que no puede hacerle daño a nadie y de ahí parte toda la desgracia.
Mientras vemos a Clara ignorando sus medicamentos y a la vecina huyéndole, mientras René tiene que cenar cuernitos o aguantar que la esposa lo busque para hacerle escenas en el trabajo y le rodee la cama de campanitas, entendemos que la cosa no va a acabar nada bien; y no lo hace, el final nos hiela, porque aunque veíamos venir la desgracia, entre las amenazas de una enferma mental y las de una asustada y desesperada viuda, descubrir quién mata a quién y cómo, es muy entretenido.
Es verdad, todos somos culpables de ciertos delitos, cuando no hacemos caso, cuando minimizamos el miedo de una persona, cuando vivimos codo a codo con un enfermo y no le damos la atención o menospreciamos los alcances de su mal; hay casos, ocasiones en que la responsabilidad no es sólo del perpetrador, sino también de las personas que estando a su alrededor y teniendo posibilidades de cambiar las cosas, deciden no hacerlo.
A este capítulo le doy un merecido 9.8, les recomiendo que lo vean, porque es una joya, lo pueden encontrar en Youtube completo y en serio, les encantará, porque Edith González viene y da lo mejor de sí, para lograr una personalidad que en serio, de verdad... está loca y más.
Los veo en el siguiente capítulo y espero que el comentario les sea útil y les entretenga.
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