Hace mucho tiempo una excelente amiga
me dijo una frase que no conocía, pero que me causó muy grata impresión “Entre
gitanas no nos leemos la suerte” y ahora, para este título, he adaptado un poco
la frase, intentando malamente traerla al mundo de los que escribimos; he
querido revivir un poco a la Osezna, con un comentario que quizá crispe a
algunos o quizá les ayude, ya veremos si es que comentan o simplemente, si es
que les sirve.
“Entre
gitanas”, entre los del mismo grupo… “Entre escritores”; mi entorno últimamente
se ha visto muy reducido y me refiero a que ya no convivo tan activamente como
lo hacía antes con otros escritores, pensando por supuesto en que todavía en
2010 me codeaba con varios, sobre todo los chicos de mi carrera y de los
talleres a los que asistía regularmente. Vamos, que situado el antecedente, voy
a lo que voy, estando lejos de los distintos grupos de escritores es más fácil
analizarles los pasos y sobre todo, criticarles el ritmo al caminar (si no
criticamos, pues como que pa’qué estamos, ¿no?)